Todo es perfecto, menos la
exactitud de los ojos azules y la nítida lágrima recorriendo el rostro como si
fuera silicona. Todo es natural, salvo las negras hormigas que deambulan por
las facciones albas y suaves. Todo es normal si olvidamos la mordaza de acero
que sella sus labios con eficacia infalible. Todo es tranquilizador excepto por
esa mirada alocada que se fija en ti y por los dientes que se asoman por entre
los pálidos labios. Todo me gusta excluyendo las negrísimas pupilas que semejan
una ventana a los infiernos. Todo plausible, aceptable, comprensible. Todo
menos esa mejilla rasgada y arrancada como si fuera un papel donde estuviera
escrita la palabra MIEDO.
31 marzo, 2016
19 marzo, 2016
El prodigio de la escritura
Un líder nato llamado Jesús
desafió al imperio romano y sus colaboradores judíos que sojuzgaban al pueblo,
sometiéndolo a pobreza, hambre y esclavitud. Cuando llegó a convertirse en
auténtica amenaza, el gobernador lo mandó a llamar para ofrecerle riquezas y
honores. Fue nombrado cónsul del imperio y gozó de grandes favores y riquezas
hasta su temprana muerte, producto del vicio y los excesos. Un escriba demente
escribió una célebre ucronía donde Jesús era perseguido y crucificado para dar
paso a un nuevo orden de cosas, más justo y libre. Como se sabe, ese tipo de
ocurrencias solo vive en mentes desquiciadas.
03 marzo, 2016
Tarjeta navideña
Como bestia se deja caer Jesús
sobre el putísimo Viejo de Pascua, dándole de trompadas hasta que se rompe las
manos con tanto leñazo y comienzan a sangrarle los nudillos con los signos de
la pasión. El viejo de mierda grita y pide socorro, pero nadie viene, porque
todos están comprando en los centros comerciales. Jesús le hace tragar la
corona de espinas, que la mastique el hijoputa, eso le rechina mientras no para
de propinarle un charchazo tras otro. Mercachifle de mierda, retorna a la
concha de tu madre, fuera de mi templo, que nunca nazcas, pendejo execrable, a
otro lado con tus promesas y tu becerro de oro. Por fin lo aporrea con la cruz,
que se vaya a la misma mierda tu navidad de prestamista abusivo, tu mísera
fiesta materialista para idiotas. Ahí lo dejé, dándole puñetazos por donde le
cayeran al maldito veterano; para mí que se lo merece el cabrón. No lo defendí.
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