El gallo carraspea delante del
micrófono del estudio, infla su pecho multicolor y abre el pico para asomar la
lengua. Despliega sus alas para crear un arcoíris, sacude la cresta rojísima y
deja escapar el canto que despertará a la humanidad entera en esa madrugada que
esperamos desde siempre.
Una maravilla, Diego. Abrazo.
ResponderBorrarPerfecta descripción pictórica, que te atrapa para llevarte hasta el mismo corazón del micro.
ResponderBorrarFelicidades, Diego.
Me encantó!
ResponderBorrarAbsolutamente abierto a mil interpretaciones y, a la vez, cerrado como un círculo perfecto.
Un abrazo grande!
Eres Genial! da gusto leerte
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