Pajarilla de origami
Con cuidados que pueden denominarse
amor por lo excelsos, fue plegando el papel con arte extinto hasta formar la
pajarilla perfecta, armoniosa, alba. Extasiado contempló la perfección salida
de sus manos y cayó de rodillas ante ella, como si fuera una divinidad. Ella
vio sus lágrimas, mas no fueron suficientes para retenerla en esa tierra.
Desplegó el vuelo y abandonó a su creador. En sus primeros aleteos lo olvidó
del todo, como si jamás hubiera existido.
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