El único pájaro atraviesa el
cielo de la ciudad vacía y silenciosa. Su vuelo es agitado, urgente, incierto,
trémulo, empavorecido. Nadie lo ve, ni personas, ni animales, ni otras aves. La
urbe está muerta y solo el ave vive. Y usted lee esta historia mientras el
abandono y el miedo ascienden como serpientes heladas por su espalda.
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