02 junio, 2013

Riesgos de la desmemoria

                   
Partió al trabajo en su automóvil. A mitad de camino se le olvidó adónde iba. Siguió en línea recta un trecho en la esperanza de recordar su destino. No pasó nada. Se devolvió, decepcionado y triste. Después de un rato descubrió que había olvidado donde vivía. Se ofuscó: ¿cómo era posible tanta desmemoria? Confundido, decidió que era apropiado ir al médico y enfiló hacia una clínica que bien pronto se borró de su mente, igual que su nombre. Olvidó cómo manejar el vehículo que conducía. Incluso perdió el lenguaje y no pudo gritar en su último momento.

1 comentario:

liberache dijo...

Extremo, me gustó.

 
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