30 enero, 2016

Flores para un cyborg: presentación de Cristián Montes Capó

FLORES PARA UN CYBORG fue publicada en 1997 por Ed. Mondadori, después que ganara en 1996 el Premio a la mejor novela inédita (Premio Mejores Obras Literarias) que concede anualmente el Consejo Nacional del Libro, reconocido como el más importante en Chile. FLORES PARA UN CYBORG rompió el largo silencio de la ciencia ficción en el país, que abarcó toda la dictadura y el primer periodo democrático, y colocó al género en una posición de igualdad con la mejor narrativa chilena.
En 2003 fue reeditada en Chile por Ediciones RIL, y en 2011 Simplemente Editores, junto con la edición de LAS CRIATURAS DEL CYBORG, segundo volumen de la trilogía que completa OJOS DE METAL (2014), de Simplemente Editores.
En 2008 fue editada en España por EDA Libros, en Italia como FIORI PER UN CYBORG en 2013 por y en Croacia bajo el título  CVIJECE ZA JEDNOG KIBORGA a fines de 2014.

El Doctor en Literatura  Cristián Montes CApó, profesor de la Universidad de Chile, presentó la edición croata de FLORES PARA UN CYBORG en Croacia en Octubre de 2015. Este es el texto de la presentación.

Flores para un cyborg de Diego Muñoz Valenzuela

Aunque Flores para un cyborg (2008) de Diego Muñoz Valenzuela ha sido definida como una novela de ciencia ficción, los diversos registros narrativos convocados en su representación de mundo la sitúan en lo que actualmente se define como novela híbrida. Dicha condición se expresa en Flores para un cyborg en una sintomatología posmoderna signada por la proliferación de usos de lenguaje, la mezcla de géneros discursivos, la multiplicidad y fragmentación generalizada y la transtextualidad, entre otros rasgos claramente posmodernos. En consecuencia, pueden visualizarse en el discurso de las ideas de la novela rasgos genéricos de la novela de ciencia ficción, la novela negra, la novela social y la novela de aventuras, entre otras modalidades discursivas activadas en el imaginario narrativo.

En cuanto a la inscripción de Flores para un cyborg en el género de la ciencia ficción es importante destacar dos aspectos significativos: por un lado es la novela que marca la recuperación del género una vez alcanzada la democracia. A partir de ahí se genera un corpus de novelas en la que la ciencia ficción permitirá a los autores potenciar el género en cuanto a su capacidad de espejar el presente a través de sus diversas construcciones imaginarias del futuro. Por otro lado se está ante una escritura que revela una sólida erudición sobre el tema ficcionalizado. El lector se ve así apelado por una enciclopedia   cultural que remite a competencias de por sí exigentes en cuanto al conocimiento científico sobre tecnología, ciencia y en lo referido al concepto de cyborg. En este sentido Flores para un cyborg se distancia ostensiblemente del resto de las novelas de ciencia ficción escritas previamente en Chile.  
Por otro lado y respecto a la vertiente social y política entrelazada con la de ciencia ficción, Flores para un cyborg tensiona algunos rasgos posmodernos, especialmente en lo relativo al tratamiento de la historia y la revalorización de la memoria colectiva. Se  inserta así en una tendencia de la narrativa chilena de postdictadura donde es fundamental la presencia de la historia, la necesidad de no permitir que el olvido de la catástrofe dictatorial triunfe en la conciencia del país, una problematización del presente posdictatorial, un intento de elaborar el duelo respecto a las muertes acaecidas en dictadura y una reflexión sobre las vastas consecuencias de la experiencia vivida.
Ambas dimensiones de la novela se entrelazan en la configuración de una trama regulada por la inestabilidad del presente narrativo y una enunciación situada en tiempos de la transición democrática chilena. A partir de ese punto de hablada el narrador realizará constantes remisiones a las etapas de su infancia y adolescencia, a los tiempos vividos en dictadura militar, a las situaciones de vida que redundaron en su exilio en Estados Unidos, a sus estudios de Doctorado en Ciencias y a su regreso al país.  En dichos racontos se accede a la experiencia de un narrador personaje que vivió la utopía de construir colectivamente  un país más justo y que el golpe militar y los años de dictadura pulverizaron de manera radical. Sin embargo, lo que motiva la acción de la novela es lo que sucede en tiempos de democracia, puesto que, según el narrador, todavía no se hecho justicia y ni se ha logrado encarcelar a los culpables. La novela se erige así en una escucha privilegiada del discurso social de la época en que fue escrita. Como lo han señalado diversos historiadores y sociólogos chilenos, el deseo de vitalizar la memoria en Chile, ha debido batallar con un proceso de democratización dudoso y con una ambigua forma de continuidad entre la dictadura y la postdictadura. Desde diversas perspectivas se ha señalado que el país de la actualidad fue generado al interior de una matriz dictatorial que finalmente devino en? constitucional en tiempos de democracia y que intentó por todos los medios olvidar dichos orígenes.  Esta forma de amnesia se identifica con la voluntad de consenso que caracteriza  la política neoliberal implementada por los gobiernos de la concertación. El resultado fue una operación de blanqueo que exigía olvidar los orígenes del Chile actual, es decir, el golpe militar, las muertes, las desapariciones, para mostrar al mundo que el Chile de la Concertación había conseguido superar el pasado.
Es esta atmósfera social y política la que Flores para un cyborg recrea a partir de una escritura que rechaza el silencio generalizado ante las atrocidades del pasado y la primacía del olvido por sobre el ejercicio de la memoria. Como afirma el narrador, Chile se convirtió en: “el país del silencio, donde nadie parecía querer hablar de la verdad, a excepción de los científicos locos”.
Según se advierte en Flores para un cyborg, la corrupción generalizada y la mentalidad neoliberal imperante se han vuelto cómplices del enriquecimiento e impunidad de la que gozan los antiguos represores y asesinos del régimen militar. La investigación realizada por el narrador y por el cyborg permitirá descubrir que las fuerzas del mal condensadas en el “Proyecto Génesis”, tal como es nominado en la novela,  no descansarán  hasta conquistar nuevamente el poder. De esta manera la novela evidencia el trauma generalizado del país y el temor de que pueda volver a suceder en el país lo que ocurrió en el pasado. Por tal razón, seres  como el narrador, el cyborg y un conjunto de diversos héroes anónimos portadores y representantes de una ética de la resistencia, deberán estar alertas para que ello no ocurra.
Es en este contexto sociocultural y político de amenaza de un eventual retorno del terror dictatorial y empresarial donde el cyborg creado en Estados Unidos cumplirá en Chile su función justiciera. Los diversos registros de la novela, tales como la ciencia ficción y la crítica social se potencian partir de un dispositivo estructural privilegiado como es el caso de la aventura. La trama delirante y la aparición de un tipo de héroe inédito en la narrativa chilena hacen  del relato de aventura su formante privilegiado para develar las claves del mundo descrito. Las múltiples  capas de sentido que configuran el espesor narrativo de Flores para un cyborg resaltan en el transcurrir de una acción  enriquecida por la presencia de un humor sumamente eficiente y efectivo. No se trata, sin embargo, de una comicidad que radique en  situaciones puntuales de la trama o del acontecer de los personajes, sino de un tipo de humor corrosivo que carnavaliza las verdades establecidas, los discursos convencionales y las maneras como el país se autorepresenta: una forma de humor que en el despliegue de la aventura va fortaleciendo su capacidad crítica y disolvente.
Dicho relato de aventura, sin embargo, permite igualmente la transición constante a momentos descriptivos donde la trama y la acción quedan en suspenso y al mismo tiempo enriquecen la polivalencia y el nivel simbólico del texto. Ello ocurre especialmente en torno a la figura del cyborg y lo que significa su creación. No se trata aquí únicamente de la descripción de los vínculos entre creador y su obra, sino también de una consistente reflexión existencial acerca de la autonomía espiritual del ser humano, del tema del sí mismo, del otro y del otro que es uno mismo. Es elocuente, al respecto, que el narrador perciba que su creación ya es parte del mismo y que sus almas están hermanadas. Por otro lado son explícitos sus temores acerca  del mal uso de la inteligencia artificial y de la posible creación de seres perversos que atenten contra la humanidad.
A manera de conclusión, cabe enfatizar que Flores para un cyborg es una cruda y potente reflexión sobre el Chile de la postdictadura, con todas sus fisuras, promesas incumplidas y sueños derrumbados. En medio de una cultura neoliberal donde la posibilidad de hacer memoria es cada vez más compleja y difícil, el discurso de la novela revela por un lado el rechazo a toda forma represiva de poder (“odio concentrado contra el abuso de poder, el crimen, la tortura”) y por otro el valor asignado a una conducta que enaltezca al ser humano y le otorgue dignidad a su vida (como es el caso de los hombres “que no ceden un ápice en sus convicciones ni en su ética”). En la escritura de Flores para un cyborg se evidencia que aún sigue persistiendo en el discurso social la necesidad de elaborar el duelo y de no permitir que el pasado se transforme en un compartimento vaciado.  Es este estado de ánimo –oscilante entre la frustración y la esperanza- el que gravita en el centro mismo de la representación de Flores para un cyborg. Y ha sido el género de la ciencia ficción, pero enriquecido, como se dijo anteriormente, por la denuncia social y el relato de aventura, lo que ha permitido cristalizar la compleja visión de mundo que la novela despliega.

Cristian Montes Capó

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