Esta es la bitácora de un narrador que busca en la literatura un espacio para la fantasía, aunque de verdad no logra huir de la realidad. Aquí encontrarás cuentos y reflexiones, ¡bienvenido!
28 agosto, 2005
La vida es sueño
Duerme, sueña que vuela. Despierta, cae al vacío.
* Este microcuento integra el volumen Angeles y verdugos, (Mosquito, 2002)
* Ilustración de http://virginiaherrera.wordpress.com/
En realidad uno de pronto uno despierta y se cae. Eso me pasó domingo de madrugada al darme cuenta de que mi marido me fue infiel. Siempre conversamos sobre el tema y quedamos que seríamos sinceros en decirnoslo cuando sucediera. Pero secretamente nunca esperé que sucediera, también secretamente pencé que sería por amor, por enamorarse de otra persona y no por desquite, no por enojado. Y así fue... por desquite, por estar enojado. Así fue que desperté de mi sueño.
Diego Muñoz Valenzuela (Constitución, Chile, 1956)
Ha publicado cinco volúmenes de microrrelatos: Ángeles y verdugos, De monstruos y bellezas, y Las nuevas hadas, dos de ellos ilustrados: Microcuentos (libro virtual, 2008) y Breviario Mínimo (2011), tres libros de cuentos: Nada ha terminado, Lugares secretos y Déjalo ser; y tres novelas: Todo el amor en sus ojos, Flores para un cyborg y Las criaturas del cyborg. Ha sido incluido en antologías y muestras literarias publicadas en Chile y el extranjero. Cuentos suyos han sido traducidos al croata, francés, italiano, inglés y mapudungun. Distinguido en diversos certámenes literarios, entre ellos el Premio Consejo Nacional del Libro en 1994 y 1996. Flores para un cyborg fue publicado en España (2008); Lugares secretos en Croacia en 2009. En 2011 el autor fue seleccionado como uno de los "25 tesoros literarios a la espera de ser descubiertos" por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
2 comentarios:
En realidad uno de pronto uno despierta y se cae. Eso me pasó domingo de madrugada al darme cuenta de que mi marido me fue infiel. Siempre conversamos sobre el tema y quedamos que seríamos sinceros en decirnoslo cuando sucediera. Pero secretamente nunca esperé que sucediera, también secretamente pencé que sería por amor, por enamorarse de otra persona y no por desquite, no por enojado. Y así fue... por desquite, por estar enojado. Así fue que desperté de mi sueño.
Caigo aquí desde la revista Clarín, y qué descubrimiento. No es un sueño.
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