14 agosto, 2010

Tiempos modernos


Cobró el sueldo. Pagó la hipoteca, la cuota del préstamo, las tarjetas de crédito, la colegiatura de los hijos, las cuentas de servicios. Comprobó que no le restaba un céntimo. Besó a sus retoños y a su mujer. Se acostó. Cerró los ojos y se durmió. Soñó con su madre. Era un bebé feliz. Le prodigaban besos y lo cargaban a todas partes. Sonó el despertador.

1 comentario:

humo en la ventana dijo...

¡Me gustó mucho!
...

Las maravillas de este mundo serían insoportables, invivibles, sin los sueños, ya sean los que se dan en la vigilia o los que no o los que quedan en las buenas obras...

 
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