Se quedó mirando fijo los ojos de la mariposa. Después la abofeteó con rudeza antes de preguntarle por última vez:
-Contesta, si aprecias tu vida. No sigas protegiéndolo. ¿Dónde está el maldito Chuang Tzu?
Esta es la bitácora de un narrador que busca en la literatura un espacio para la fantasía, aunque de verdad no logra huir de la realidad. Aquí encontrarás cuentos y reflexiones, ¡bienvenido!
1 comentario:
Excelente, Diego. Breve, conciso y torturador.
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