24 diciembre, 2008

Regalo sospechoso


Era un paquete enorme, delicadamente envuelto en papel celofán verde y ornamentado con un abultado moño de cinta roja. Lo abrí con recelo, pensando en alternativas desagradables: bombas de tiempo, perros muertos, lavadoras descompuestas, esculturas modernas. Errores todos ellos. Era un hermoso caballo de madera tallado y barnizado al natural, sostenido sobre una plataforma rodante. El Caballo de Troya, pensé. Tenía la pata izquierda levantada, eso le otorgaba movimiento y elegancia. Del recelo pasé al temor, y de allí al sobrecogimiento. ¿Qué oscuro enemigo podía haber ideado este plan homérico en mi contra? Repasé la lista y eso me tomó un buen tiempo. Todos podían haber sido; no pude descartar a ninguno. Ahora, qué contenía el caballo, ésa era la pregunta. Me aproximé con cautela y golpeteé la madera con los nudillos. Madera maciza. O interior repleto de explosivos plásticos. O cobalto radiactivo, para eliminarme lentamente. O una masa de arácnidos letales. No había tarjeta ni indicación de remitente.
Me subí sobre el regalo. Instantáneamente echó a rodar por el mundo. Me llevó lejos, a lugares maravillosos y desconocidos. Muy tarde comprendí la trampa, pero ya era feliz.

08 diciembre, 2008

Taller de Cuento 2009 de Diego Muñoz Valenzuela

Se realiza los días martes a las 19 horas, desde fines del mes de marzo de 2009 y por un periodo de 16 sesiones. Es un taller para quienes se interesen en aproximarse al conocimiento del género y quieran iniciarse en la escritura de cuento. Muy cerca de la estación de Metro Pedro de Valdivia.

Escribir al correo electrónico: dmunoz@surlatina.cl y enviar datos personales (nombre, teléfono, mail, edad, estudios, interés en el taller, etc.), indicando las razones específicas de su interés por participar.

Orientación del Taller

Este taller literario está orientado personas interesadas en incursionar en el género cuento. No es necesario que hayan escrito anteriormente. También pueden ser personas interesadas en desarrollar su apreciación narrativa y aprender técnicas básicas.

El aprendizaje de la escritura es un trabajo a largo plazo que requiere disciplina, paciencia y una reflexión permanente sobre los más diversos aspectos que involucra el proceso creador.

Los objetivos básicos de este taller de cuentos son:

· Conocer las principales características del cuento contemporáneo a través de lecturas escogidas

· Conocer los conceptos básicos ligados a la escritura del cuento, y las principales tendencias vigentes

· Aplicar los conceptos anteriores en el análisis de cuentos en el taller (los participantes pueden traer sus propios textos con este fin).

Las actividades en cada sesión apuntan a ir entregando elementos técnicos de la escritura de narrativa, vinculados por ejemplo a: tipos de narrador, acción, manejo de diálogos, subgéneros (cuento fantástico, realista, policial, cuento breve, microcuento, etc.), tendencias actuales,

En diversas ocasiones se invita al taller a autores chilenos importantes a establecer un diálogo, previa lectura de algunos de sus cuentos.

Funcionamiento del Taller

Horario: Martes de 19:00 a 20:45 horas

Periodicidad: Semanal

Costo: 35.000 $ mensuales, pagados al inicio de cada mes

Ubicación: Local cerca de la estación de Metro Pedro de Valdivia

Matrícula: Sin costo

Inicio: Se inicia hacia fines de marzo de 2009.


Inscripciones y consultas

Escribir al correo electrónico: dmunoz@surlatina.cl y enviar datos personales (nombre, teléfono, mail, edad, estudios, interés en el taller, etc.), indicado las razones específicas de su interés por participar.

Antecedentes del Director del Taller

Diego Muñoz Valenzuela, cuentista y novelista, nació en Constitución (Chile) en 1956. Ha publicado:

NADA HA TERMINADO, volumen de cuentos, Ediciones de Obsidiana, 1984

TODO EL AMOR EN SUS OJOS, novela, Ed. Mosquito, 1990. 2ª edición por Mosquito, 1999

LUGARES SECRETOS, cuentos, Ed. Mosquito, 1993.

FLORES PARA UN CYBORG, novela, Ed. Mondadori, 1997. 2ª edición por RIL Editores 2003; 3ª. Por EDA Libros en Málaga, España

ANGELES Y VERDUGOS, cuentos, Ed. Mosquito, 2002

DÉJALO SER, cuentos, Ed. Fondo de Cultura Económica, 2003

DE MONSTRUOS Y BELLEZAS, Ed. Mosquito, 2007

También es coautor de varias antologías, entre ellas CONTANDO EL CUENTO (Ed. Sinfronteras, 1986), ANDAR CON CUENTOS (Ed. Mosquito, 1992), y CUENTOS EN DICTADURA (LOM Editores, 2003), todas ellas realizadas en conjunto con Ramón Díaz Eterovic.

Ha sido incluido en más de cuarenta antologías y muestras literarias publicadas en Chile, México, Argentina, Ecuador, Canadá, Italia, España, Holanda, Bulgaria, etc. Cuentos suyos han sido traducidos al francés, italiano, inglés y croata. Distinguido en numerosos certámenes literarios, entre los cuales destaca el concurso de Mejores Obras Literarias del Consejo Nacional del Libro en dos oportunidades: por el volumen de cuentos Lugares Secretos en 1994 y por la novela Flores para un Cyborg en 1996. Colabora con artículos culturales y de crítica literaria en periódicos y revistas especializadas.

Más detalles en:

http://diegomunozvalenzuela.blogspot.com/

06 diciembre, 2008

Rehabilitación de Circe


La preciosísima Circe estaba aburrida de la simplicidad de Ulises. Si bien era fogoso, bien dotado y bello, la convivencia no daba para más. Solía convertirlo en perro para propinarle patadas, y él sollozaba y le imploraba perdón. Lo transformaba en caballo para galopar por la isla de Aea, fustigándolo con dureza. Lo transmutaba en cerdo para humillarlo alimentándolo con desperdicios. Volvía a darle forma humana para hacer el amor, y volvía a fastidiarse con su charla insulsa. Por fin lo expulsó del reino, le devolvió su barca y sus tripulantes y lo dotó con alimentos para un largo viaje. “Vete y no vuelvas”, le ordenó con voz terminante al lloroso viajero, “y cuenta lo que quieras para quedar bien ante la historia”. Después sopló un hálito mágico para hinchar la vela de la embarcación.

23 noviembre, 2008

Coincidencias


El afamado escritor se puso el sombrero de periodista y escribió la crónica acerca del ensayo del colega que lo entrevistó en televisión la semana recién pasada. Cuando envió el texto por correo electrónico, se puso el sombrero de editor y redactó el informe que aprobaba el volumen de relatos de su mejor amigo, compañero de universidad. Bebió un expreso admirando la factura de su último libro, publicado en la misma editorial donde trabajaba. Se dispuso a leer una docena de originales del concurso donde era jurado y reconoció la mano de un camarada: dejó su cuento en el montón de los buenos. Le llegó un correo anunciando que lo invitaban a un congreso en Colombia: la compañía era inmejorable, todos eran compinches; confirmó que asistiría. Descargó una elogiosa crítica de su libro y concluyó que estaba al debe con el autor. Después pensó qué haría con el dinero del premio Mayor: el fallo debía estar por anunciarse. Por fin se aprestó a escribir algunas páginas de la obra que lo consagraría definitivamente, pero ya era tarde y su agenda estaba plagada de reuniones.

21 noviembre, 2008

Contracuento de hadas


Con el tiempo, el príncipe ha engordado debido a la gula, el alcoholismo y la fiesta permanente. Ahora tiene una barriga gigantesca y una papada descomunal. Las piernas raquíticas apenas son capaces de sostenerlo. Hipa constantemente producto de una borrachera consuetudinaria. “Dios mío”, se dice con amargura la infanta, “ha terminado por convertirse en un sapo, igual que al inicio”. Y concluye que la historia es circular.

11 noviembre, 2008

Cabeza de televisor


La cabeza del hombre había ido tomando la forma del televisor que contemplaba buena parte del día. Mientras más miraba, más iba metamorfoseándose con el aparato. Sus rasgos se fueron desdibujando, hasta que la cara se convirtió en una gran superficie grisácea donde –en momentos gratos para él- surgían imágenes en movimiento. Unos pocos meses bastaron para completar la transmutación: su cabeza llegó a ser perfecto émulo de artefacto televisivo. Se prendía o apagaba –mediante un control remoto- a solicitud de las personas que lo acompañaran, quienes sintonizaban el programa que más les apeteciera. Tras un severo desorden psíquico resultante de la competencia entre los protagonistas de las series que exhibía, cayó en depresión y decidió apagarse para siempre. Sin embargo, nadie quiso aceptar este hecho: todos se sentaban a contemplarlo ávidamente. Después de un tiempo, sus cabezas empezaron a cambiar.

26 octubre, 2008

Ciudadano ejemplar


Yo descuartizo criminales, atormento torturadores, timo estafadores, envicio a los traficantes, violo pederastas, despojo a los ladrones, ¿qué más se me puede exigir?

20 octubre, 2008

El juego de las simulaciones

Sale de su casa el sábado al mediodía en su auto. Los cambios pasan con dificultad y re­niega cada vez que la palanca se atasca. La dirección está dura y maldice a cada vuelta. Hace calor y se enjuga el sudor con un pañuelo cada vez que las gotas comienzan a deslizarse por su rostro. Pero no abre la ventana para que no vayan a creer los demás que su coche no tiene aire acondicionado. En una esquina congestionada saca el celular de la guantera y hace como que disca un número. Gesticula, discute, simula que escucha, contesta airado, ríe. Piensa que el juguete es una imitación perfecta. Lo deben estar mirando con admiración, mientras cierra negocios a distancia con Hong-Kong. En el supermercado se pasea ostentando un carro que llena de delicatesses: whisky, vino del mejor, quesos finos, paté francés, filete, frutas exóticas, bombones. Se encuentra con amigos, habla de sus éxitos y escucha los de ellos. Se acerca cauteloso a las promotoras, mirando hacia otra parte, hasta que está cerca y con toda dignidad prueba el producto, disimulando su avidez. Sigue saludando, recibe nuevas llamadas, sonríe, quiere mostrarse feliz, no vaya a ser que los demás piensen que sufre o que es un fracasado. No vaya a ser que los demás piensen ya que no tiene alma.



* Este cuento integra el volumen ANGELES Y VERDUGOS, Mosquito Comunicaciones, 2002.

* Ilustración de http://virginiaherrera.wordpress.com/

17 octubre, 2008

Eficiente


Escribía sobre el teclado con gran velocidad, mil idioteces por minuto. Era celebrado por su eficiencia

05 octubre, 2008

Exposición de pechos


a Juan Carlos Sánchez

Concurrió dichoso a la exposición de pechos: era su gran oportunidad. Los había de todos los tamaños y contexturas: mínimos y firmes, grandes y fláccidos, enormes y turgentes. De aureolas rosadas, cafés de todas las tonalidades, casi negros. Pezones erectos y pezones blandengues, puntudos y suaves, lisos y granulosos. Pechos con curva en su parte inferior y otros rectos, prominentes, desafiantes. Separados y convergentes, abundantes y magros, Todos bellos, suaves, atractivos. Se relamía en la contemplación de aquellas divinidades; oró antes ellas, trémulo y devoto. Cada cual le pareció perfecto, lamible, succionable. Allí quedó, atrapado en su imaginación desorbitada, sin poder decidirse por uno de ellos, desesperadamente ansioso como un bebé hambriento de vida.

Minificción

Intenta otra vez, pero logra un mamarracho, igual que en la oportunidad anterior. Ensaya de nuevo, pero el esfuerzo es vano, estéril. Otro adefesio resulta. Está empeñado en escribir microcuentos para el importante concurso. ¿Cómo podría adivinar que sus talentos son otros? En el camino acumula una importante cantidad de supuestos relatos. Concluye que se trata de un libro, excelente por cierto. No se da cuenta que él mismo, su vida, es un microcuento.

25 septiembre, 2008

Soledad

Se sentaba frente a la inmensidad del océano a contemplar el incesante espectáculo de las olas. Esperaba con ansias que su teléfono sonara, cosa que ocurría de tanto en tanto. Cuando llamaban, ella era feliz.

14 septiembre, 2008

ACERCA DE CÓMO OTORGAR PREMIOS


En esta oportunidad escribiré desde el enorme regocijo que me ha provocado el reciente otorgamiento del Premio Nacional de Literatura a Efraín Barquero. No es necesario justificarlo de modo alguno en estas letras, pero creo que se ha premiado lo que se debe premiar: macicez y calidad de la obra literaria, significancia para la vida nacional, coherencia y consistencia artística. Días antes del fallo, un diario nacional consultó mi opinión acerca de dos interrogantes: quién tenía mis preferencias y otra –más inquietante- quién iba a obtenerlo. Esa segunda pregunta contiene buena parte de mis preocupaciones al escribir estas notas. Contesté a la primera con el nombre de Barquero, poeta a quien he seguido desde mi adolescencia con interés y admiración. Luego a la segunda pregunta respondí taxativamente así: “no me satisface ninguna otra opción; y aclaro esto: detesto las candidaturas y las presiones que se constituyen tras ellas”.

Me llevé una sorpresa, debo confesarlo. Esperaba que se impusieran que las presiones extraliterarias, las ambiciones personales, la extrema pérdida de las proporciones en algunos casos; es decir al imperio de fuerzas ajenas al juicio de la calidad artística. Y por sobre todos estos temores justificados, en mí imperaba también el miedo a la ignorancia. Afortunadamente, en este caso, mis aprensiones eran equivocadas. Por eso me alegré con desmesura por premio a Efraín Barquero, a quien no conozco (por las dudas) sino a través de la lectura de sus libros. Paso a referirme a aquellos fantasmas –reales por cierto, nada de etéreos- pues no siempre el resultado del mecanismo de premiación será tan gratificante. Lo que quiero afirmar es que en su articulación hay distorsiones severas que atentan contra la calidad del otorgamiento; esto hará que en el futuro la probabilidad de que un error lamentable –como ha ocurrido si se revisa la historia- se imponga con facilidad. Hay que hacer compleja la tarea de tales factores distorsionantes.

Hagamos la revisión de los principales factores distorsionantes, algunos de ellos de sencilla y diáfana solución.

La composición del jurado. Un asunto es la manera en la cual se constituye el jurado, donde intervienen un ministro, dos rectores, un académico de la lengua y un solo escritor garantizado, el anterior Premio Nacional. En este caso, certeramente la Academia de la Lengua nombró a un escritor, pero pudo no ser así. Esto parece una auténtica aberración. No quiero establecer dudas acerca de las competencias de tan destacables personajes para su quehacer propio –aunque por cierto que las hay, y se han expresado de muy diversas formas-, pero en el terreno que no las otorgaría fácilmente es en el ámbito literario. Cabe preguntarse cuánto conocen el complejo y variado campo de la creación literaria actual; y se me ocurre que si hubiera un proceso de acreditación no lo aprobarían precisamente con honores. Los premios para escritores deben ser concedidos por sus pares. Aún así, podría ocurrir que las autoridades gubernamentales o académicas –como solía hacerse en el pasado (cuando el jurado contaba de base con una mayoría de escritores)- delegaran tal responsabilidad –con gran despliegue de sabiduría- en un escritor de renombre. De ese modo podía salvarse cualquier asomo de insolvencia para llevar a cabo una tarea tan especializada. Cualquier mejora en el procedimiento pasará necesariamente por el establecimiento de un jurado integrado por escritores.

El mecanismo de postulación que implica el sistema de otorgamiento. El jurado –asumiendo que se trata de un equipo competente, diverso, conocedor de su materia- puede llevar a cabo su trabajo sin la necesidad de estimular carreras, campañas y la consecuente acumulación de cartapacios cargados de demostraciones incuestionables del valor de tal o cual. El papel –es sabido- resiste todo, hasta las presentaciones más ridículas por su desparpajo, osadía y total carencia de sentido de realidad. Por ejemplo, hay postulaciones que revisten caracteres grotescos; eso trae perjuicios evidentes: siembra dudas sobre el proceso, farandulizan el ambiente de las letras, hacen considerar posible que cualquier gañán sea merecedor de una distinción tan alta. Se alientan postulaciones que medran en busca de apoyo político, académico, de prensa; el “lobby” y las acciones de marketing ingresan con todo al campo literario; más que lamentable. Solución: el jurado no requiere de estas postulaciones, acaso tiene las competencias necesarias.

La frecuencia del otorgamiento. Un Premio Nacional de Literatura cada dos años es atrozmente insuficiente para un país que ha recibido tantos honores en este ámbito. Y me refiero más allá de nuestros dos Nobeles, a todas aquellas distinciones extraordinarias: Juan Rulfo, Cervantes, Príncipe de Asturias, y también al posicionamiento destacado de muchos escritores chilenos en el ámbito internacional. Aumentar la frecuencia del Premio –esto es restablecer el premio anual- es lo mínimo que podría hacerse.

La necesidad de discriminar entre géneros. Se tiende a respetar una regla no explícita en la norma: rotar el premio entre poesía y narrativa. Esto permite generar un equilibrio siempre deseable, pero otros géneros quedan fuera, por ejemplo el ensayo, Y pueden formularse otros cuestionamientos legítimos. La solución: crear un Premio Nacional de Poesía y otro de Narrativa; y otros, ¿por qué no? ¿Acaso Chile no da pasos firmes en la senda del desarrollo económico, social y cultural? ¿No puede darse el lujo de premiar a sus escritores?

Aún así fue posible que el Premio Nacional se le concediera a Efraín Barquero. Los dos escritores del jurado –José Miguel Varas, galardonado predecesor, notable cuentista y novelista y Andrés Gallardo, destacado narrador-, deben haber dado una argumentación tan sólida que salvó la situación. No imagino otra explicación. Habrá sido una batalla dura en el campo de las ideas para lograr tan excelente resultado.

A las extraordinarias dotes poéticas de Efraín Barquero hay que agregar otras, que no suelen destacarse: la sencillez personal, una fuerte sensibilidad social y su prescindencia de cualquier protagonismo. Ojalá éstas cualidades fueran exigibles a todo premiado, y a todo servidor público, amén de sus competencias en su ámbito de desempeño. Sería mucho pedir en esta era, marcada por el individualismo y la ambición y el protagonismo exacerbados.

Pero no es mucho pedir un Premio Nacional de Literatura anual otorgado por escritores sin necesidad de procedimientos de postulación. O mejor aún, que el galardón se conceda por géneros. Así el Estado reconocería la importancia de una actividad tan importante como solitaria y silenciosa: la escritura de las letras de Chile

03 septiembre, 2008

Amores insectiles


El hombre araña perseguía a la mujer mosca con evidentes malas intenciones. Al fin la acorraló en un callejón solitario y oscuro. Se aproximó rápidamente corriendo por la muralla con sus precisos movimientos de arácnido. Detuvo su marcha y extendió sus extremidades para envolverla en su abrazo de seda. Notó que sobre la trompa de la víctima había otra artificial, terminada en sendos filtros. Entonces ella extrajo el insecticida del bolso, roció el rostro de su enemigo y se sentó a esperar las consecuencias.

22 agosto, 2008

Ascensor ocupado


El ascensor se abrió. Compungido, en su interior estaba el elefante, ocupando cada milímetro cúbico, contorsionado al máximo para caber dentro del exiguo paralelepípedo. Desde su extrema compresión me sonrió afligido, más bien avergonzado. Le regalé una sonrisa mientras la puerta se cerraba.

10 agosto, 2008

Cosas de borrachos


El elefante reunió varios taburetes con su trompa antes de apotincarse en ellos apoyando las patas delanteras sobre la barra. Después de un portentoso berrido y una serie de golpes con sus gigantescas uñas, exigió medio barril de caipirinha. Evidentemente se encontraba borracho a más no poder. Fui a sentarme en una banqueta contigua. Me dirigió una mirada torva, escudriñándome el alma, como saben hacer los paquidermos. El resultado del examen fue positivo: me sonrió y guió sus ojos diminutos y sabios. Pedí caipirinha. De pronto puso su monstruosa pata gris sobre mi espalda. Envolvió su enorme copa con la trompa y la estrelló contra la mía. Salimos de allí dando tumbos. No tengo idea como llegué a la casa tras dejarlo en la puerta del zoológico.

02 agosto, 2008

Microcuentistas 2


Ella era una eximia microcuentista, pero además poseía una belleza y una inteligencia extraordinarias. Él era un escritor de minificciones, lleno de energía y de sueños. Primero se enamoraron de sus respectivas obras. Después se conocieron y fueron incapaces de resistirse al influjo de la pasión que los consumió instantáneamente. Ambos eran de pocas palabras y fueron directo a los hechos. No tuvieron hijos, sino libros donde podía reconocerse la influencia del otro. Algunos estudiosos afirman que sus estilos se contaminaron y que se había perdido la pureza original. Ellos reían ante esa clase de comentarios. Decían que daba lo mismo quién escribiera, que lo único importante era la calidad del texto. Después decidieron firmar todo con un solo nombre. Como es natural, los críticos dirigieron sus esfuerzos a dilucidar quién era el autor de cada obra. Ellos nada más se dedicaron a ser felices.

20 julio, 2008

Asunto de macacos


Estoy seguro de que lo hizo por joderme. Nadie se empareja de buenas a primeras con un chimpancé, aunque sea estrella de televisión. No podía ser mera coincidencia que acabáramos de terminar nuestra relación después de tantos años. Mi primera reacción fue cuestionar su vínculo legal, pero se me vinieron encima las organizaciones antixenófobas y las protectoras de animales. Me libré por poco de la cárcel. Luego intenté por las buenas, mas ella me dijo que amaba a su monito. Le pregunté qué tenía el macaco que yo no tuviera y casi muere con el ataque de risa que le vino. El simio le devolvió la mirada de complicidad y le cerró el ojo. Ahí abandoné la contienda.

12 julio, 2008

Microcuentistas


El microcuentista pequeño –era casi enano- escribió un relato ínfimo y potente, y fue aplaudido por ello. El minificcionista gigante –medía más de dos metros y era fuerte como un coloso- escribió un relato conciso y sublime; fue aclamado. El autor pequeño sintió enorme envidia y una compleja serie de ataques de furia, tras los cuales creó un nuevo texto: brillante, mínimo y pleno de significado. El gigante leyó ese cuento y quedó embelesado, tanto que redactó, a manera de secuela, una minificción perfecta, auténtica joya de la economía verbal.

Continuaron escribiendo y por fin se encontraron en una tertulia. Leyeron sus textos en contrapunto y sacaron aplausos. Conversaron el resto de la noche y se hicieron amigos. Podrás encontrarlos en bares, cafés o librerías. Es fácil reconocerlos: se ven felices, siempre portan libros y libretitas para anotar ideas para minificciones. Ah, uno es ciclópeo y el otro es diminuto. Pero sabemos que eso da lo mismo.

29 junio, 2008

La derrota del tiempo



La obsesionaba el envejecimiento, sentía terror de convertirse en una anciana de piel ajada, inundada de arrugas y manchas oscuras. Por eso se envolvió en delgadas láminas de papel plástico, igual que las maletas de los aeropuertos o los envoltorios de la carne. Si bien sus ojos quedaron asimétricos, sus finos rasgos aplastados por la presión del film, las cejas deformadas y los rojos labios engrosados, se sintió dichosa. Ni la atmósfera, ni el tiempo, ni los avatares de la vida afectarían su piel. Sonrió para entrar en la inmortalidad y el silencio.

* Ilustración de http://kusari-blah.deviantart.com

27 junio, 2008

Libros de Mentira


http://www.librosdementira.org/ es una original librería virtual abierta a todo lector, que contiene una propuesta muy interesante producto de esfuerzos por combinar la literatura con las artes gráficas e internet. El proyecto, impulsado por Luis Cruz y Gabriel Oyarzún, persigue el objetivo de crear una biblioteca virtual de escritores chilenos que puede ser visita en fora gratuita. Cuenta con el apoyo del escritor y crítico Camilo Marks y la Universidad de Santiago.

Por ahora, ya que el sitio está desarrollo, se pueden encontrar allí textos de los narradores chilenos Alberto Fuguet, Roberto Fuentes, Alejandra Costamagna y Diego Muñoz Valenzuela. Y se anuncia la incproración de muchos otros: Sonia González Valdenegro, Ramón Díaz Eterovic, Carlos Tromben, Germán Marín, Pía BArros, Alejandro Zambra, Sergio Gómez.

La experiencia es única: lo primero que se ve son los lomos de los libros, que pueden escogerse y abrirse en una experiencia muy especial. Recorrer sus páginas bien diagramas e ilustradas es placentero y comparable a la experiencia de leer un "libro de verdad".

Una biblioteca informática muy sintonizada con los tiempos que vivimos. Una excelente respuesta al presunto dilema que opone internet y literatura, demostrando el enorme potencial de la alianza entre ambas potencias.

Es posible leer los libros, dejar comentarios y tener acceso a un blog muy interesante. Una iniciativa loable, crestiva y de ato valor. ¡Felicitaciones!

23 junio, 2008

Apocalipsis


El último conejo devora la última brizna de hierba mientras lo acecha el último ser humano.

10 mayo, 2008

Plaza de toros

El toro sale al ruedo con su ajustado traje de lentejuelas y la capa roja colgando de su pezuña derecha. El público lo aclama con una furibunda incondicionalidad. Del corral emerge el torero, desnudo como gusano, y echa a correr embravecido por la pista, seguido de cerca por los caballos de los banderilleros. Con las banderillas clavadas en los lomos ensangrentados, el furioso humano las emprende contra el toro, que espera, calcula, esquiva, provoca, insulta, una y otra vez. Al fin, sometido por el agotamiento, el hombre dirige una mirada de súplica al matador que se acerca, espada en pezuña, a cobrar la vida que le traerá fama. La plaza muge enfervorecida mientras el acero atraviesa el corazón vencido.



01 mayo, 2008

Puesta de sol


El elefante aposentó sus nalgas escuálidas sobre la frágil silla de playa, que crujió por efecto del brutal peso, más resistió con estoicismo aquella dura prueba. El proboscídeo resopló aliviado, barritó de felicidad y se relajó sobre la precaria lona verde. Su lomo curvo se adaptó fácilmente a la curva del asiento. Contempló el horizonte azul e interminable y recordó con precisión cada uno de los momentos de su larga vida en que había presenciado aquel espectáculo. Con tranquilidad paquidérmica entornó sus ojos mínimos; después se dedicó a despachar sucesivas dosis de vodka tónica. Por fin, borracho como cuba, prorrumpió a dormir despanzurrado sobre la silla. El sol de la tarde trajo tonalidades rojizas a su cuerpo gris y rugoso. Era hermoso verlo allí, majestuoso y ebrio, ante el sol incendiado muriendo en la distancia.

26 abril, 2008

Contorsionista


Se dobló hacia abajo en un ángulo imposible mientras al público se le cortaba la respiración. Su cabeza quedó adherida a la columna vertebral; sus brazos giraron como aspas a vertiginosa velocidad. Encogió las piernas para dar un salto y abrió una boca gigantesca para devorarse a sí misma. Desapareció. El público aplaudió a rabiar, desconcertado. Jamás regresó.

19 abril, 2008

Pecera


El pez rojo ha crecido en exceso. Como consecuencia, apenas cabe en su pecera y debe mantener parte de su escarlata cuerpo fuera del recipiente para no ahogarse. Con esta clase de acomodo pierde agua por salpicaduras y evaporación, y su supervivencia se hace cada vez más difícil. No puede evitar moverse, pues su epidermis corre riesgo de resecarse y sufrir daños severos. Sus ojos, por naturaleza grandes, ahora han adquirido un tamaño desmesurado debido al terror que progresivamente lo invade. Nadie sabe dónde se encuentra este pez rojo; sólo existe este relato.

13 abril, 2008

Autodestrucción



Está combatiendo contra sí mismo. Y va ganando.

08 abril, 2008

La habitación azul

Despierto en una habitación azul pastel, tapizada de cuadros de vivos colores. El cubrecamas es carmesí. Por una ventana entra el aire fresco del campo. Los objetos se ven levemente alargados, como en un cuadro del Greco o de Modigliani. Me incorporo y miro el piso de tablas resquebrajadas, donde se mezclan tonos de café y verde. Asomo la cabeza por la ventana y veo que es noche: inmensas estrellas como soles cuelgan del cielo. Me encuentro con el espejo. Unos ojos azules fulgurantes me contemplan bajo una cabellera roja y revuelta. El aire se revuelve en derredor, forma corrientes de color. Entonces comprendo quién soy. Tomo la navaja y corto mi oreja. La sangre brilla como mil soles furibundos y caigo entre lirios, girasoles y campos de trigo infinitos.

28 marzo, 2008

Paradojas de la Ingeniería Genética


Programo la última instrucción y el laboratorio robotizado comienza a ejecutar mis especificaciones. En la esfera se forma una espesa masa de neblina dentro de la cual se forma la criatura. Al rato saco al primer perro inteligente. Habla inglés, francés y alemán. Tiene una cultura universal vastísima, a la cual agrega niveles de Ph.D. en cinco áreas de conocimiento. Ciertas modificaciones le permiten hablar. Tiene un carácter dócil, humor genial y es leal a toda prueba. Salimos a caminar por la playa. Corre, juega con las olas, vuelve a mí, salta y me lame el rostro. Me recita en francés un poema de Prevért. Estoy feliz de haber diseñado a una hembra: comienzo a enamorarme. La bautizo Eva. Ella está de acuerdo.

16 marzo, 2008

Estética integral

Le quitaron las bolsas de los ojos. Le extrajeron la papada. Liposucciones por doquier. Un by-pass gástrico. Extirparon su apéndice y su vesícula. Un ciento de lunares, liposomas fueron cauterizados o extraídos. Forúnculos, puntos negros, espinillas, fuera. Redujeron su barriga y el tamaño de sus senos, recortaron el tejido fláccido de los antebrazos y los muslos. Reajustaron su cuello, retocaron sus orejas. Tras unos meses, desapareció en la clínica. Y no dejó huella.

05 marzo, 2008

Vudú


Fabricó varios muñequitos: una rubia como su madre, otro regordete como su padre, y otro más pequeño para su hermano.
Su madre la reprendió por regresar tarde del colegio y la encerró en su pieza para que hiciera deberes atrasados. Ella tomó la muñeca rubia y le clavó un alfiler en la cabeza. La madre tuvo una jaqueca atroz que la derrumbó.
Su hermano consiguió la llave de su pieza y entró a molestarla. Cuando logró expulsarlo, tomó su réplica y le clavó un alfiler en el estómago. Al hermano le vino una apendicitis fulminante.
El padre fue a su pieza para pedirle que los acompañara a la clínica, pero ella no quiso. El padre partió en su automóvil con los dos enfermos gimiendo. Ella los vio desde su ventana. Cuando perdió de vista el automóvil, fue a la cocina y puso a los tres muñecos en el horno de microondas. Cerró la puerta, apretó el botón y sentó a esperar.

08 febrero, 2008

Esperándolo


El hombre ama la libertad, escribe su nombre en las murallas de su ciudad (como Prévert), en hojas de papel pequeñas que deja caer luego desde sus manos, anda dibujándola en los rostros de quienes se atreven a escucharlo. Cuando su compañera no puede estar con él, lo espera inquieta en medio de la noche; acaricia a su hijo mientras duerme. El despierta a veces y pregunta por papá. Ella contesta ‑trabajando‑ y el niño vuelve a dormirse feliz. Mientras cierra los párpados, a los ojos de la madre asoman lágrimas que no la dejan dormir ni moverse del lado de su hijo. Sólo se tranquiliza cuando en la madrugada siente el juego de cerraduras, goznes, pasos acercándose, olor a transpiración, húmedo beso en la boca que la relaja, cuerpo que abraza con fuerza, dedos que la acarician. Así, muchas veces en el mes. Él le dice simplemente ‑volveré tarde esta noche‑ y ella comienza a sufrir por el temor de perderlo, pero no dice nada, pues eso es lo que más ama en él. Ahora lo espera con los dedos enredados en el cabello de su niño durmiendo, lucha contra el cansancio que la va venciendo, se va entregando a un sueño que se abre como un telón de pronto, donde hay cosas que no entiende, carreras, hombres que gesticulan y cuya voz no se escucha, ella desplazándose como cámara de televisión observando todo, en ese instante ve a su hombre cayendo, sin ruido, ametrallado, ve la camisa perforada de manchas rojas que van creciendo en tanto el hombre no deja de caer. Después está su hijo preguntando por papá, ella tratando de explicar, el niño gritando en la noche, el niño orinándose en la cama, el niño preguntando por papá, el niño con la misma risa del padre muerto, el niño con un volante que dice libertad en las manos, el niño tratando de saber lo que significa esa palabra, el niño tan igual a su padre creciendo y leyendo a Brecht y a Prévert, el niño convirtiéndose en un joven de barba rala que le dice ‑llegaré tarde, mamá‑ Entonces la puerta abriéndose la saca de su sueño, aunque no alcanza a abrir los ojos cuando ya unos labios que conoce la muerden, cuando unos brazos la levantan en vilo y la llevan a la cama de ambos, cuando esas mismas manos salpicadas de tinta o de pintura comienzan a desnudarla, a hacerla morir de felicidad y deseo, a olvidar ese sueño negro que va empequeñeciéndose y alejándose hasta desaparecer, hasta pensar en que todo está por delante, en qué tonta ha sido de pensar en esas cosas.

26 enero, 2008

El Maletín Literario: la etapa final



El Maletín Literario –controvertida iniciativa de fomento de la lectura del Gobierno, operada a través de la DIBAM- pasó a una nueva etapa que acerca el momento de su materialización. Así se continúa con un proceso que pone de relieve una decisión a ultranza, sin escuchar las voces críticas de actores relevantes y las propuestas alternativas al uso de los fondos asignados (once millones de dólares), por cierto inéditos para este tipo de iniciativas (en el Maletín se gastará más del doble de lo que el Consejo del Libro asigna en su concurso de proyectos a toda clase de iniciativas).

Más allá de que mantengo serias dudas acerca de la efectividad y eficiencia de la iniciativa y rechazo el criterio simplista que asevera que cualquier cosa que se haga por el fomento de la lectura será buena; mis primeras impresiones son éstas: se demuestra que el valor del libro depende del tamaño de la edición y se pone de relieve que estas licitaciones tienden a concentrar el efecto económico en escasos actores de la industria.

El precio unitario de los libros demuestra que es preciso buscar formas de impulsar la industria del libro hacia mayores tamaños de edición. La tecnología actual permite imprimir lotes económicos de 500 libros a los precios acostumbrados (5.000 a 7.000 $ para libros chilenos). Así ¿para qué producir, almacenar, distribuir más? Sin embargo, al crecer las economías de escala, los libros pueden reducir el precio a una quinta, incluso a una décima parte (ver los precios de la licitación). Al menos, aquí queda claro que el enemigo principal no son ni el IVA ni los piratas, sino los tirajes. Algunos han errado la puntería por muchos años.

Respecto de la concentración de la adjudicación en pocos operadores de gran tamaño, confiables, solventes, para garantizar la seriedad y viabilidad del proyecto, éste es el modus operandi habitual del Estado. Conlleva una profecía autocumplida: dejar fuera a los actores de la pequeña empresa, siempre desvalida más allá de los discursos gubernamentales abundantes de promesas, desprovista de medios de garantía y financiamiento para abordar grandes operaciones. Como ha ocurrido, la mayor parte de los pequeños empresarios del libro quedarán mirando el banquete de los peces mayores. ¿Dónde quedan entonces las palabras promisorias acerca del impulso a la micro y pequeña empresa, en este caso la editorial?

La controversia acerca del bullado maletín, para hacer memoria, estuvo centrada en diversos aspectos:

- La efectividad de la medida, es decir, que los libros fuesen leídos por los beneficiados y que les fuesen útiles
- La ausencia de un entorno o programa de intervención que asegure el impacto en cuanto a incentivo real de la lectura, sobre todo en estratos donde los hábitos de lectura son demostradamente débiles.
- El tono efectista y demagógico que rodea toda la idea, olor a populismo
- La selección de los textos incluidos (la verdad es que hay cientos de posibilidades buenas y que el valor depende del grupo de destinatarios). En todo caso, se está escogiendo por los beneficiados, sin consultarles a ellos.
-El costo involucrado respecto de los presupuestos históricos para este tipo de iniciativas
- La posibilidad alternativa de financiar centenares de iniciativas que han sido exitosas (por ejemplo los programas de Fundación La Fuente, INFOCAP de Un techo para Chile, Letras de Chile y otras)
-La posibilidad de que sea un dispendio fraudulento, malversación de fondos, u otras similares.

La iniciativa se llevará a cabo. De esto jamás he tenido dudas. Da para pensar, por cierto. No significa inmovilismo, ni crítica gratuita, ni desánimo. Los que hemos estado siempre en esto, en especial los escritores que hemos decidido actuar, hacer, comprometernos para promover la lectura y el libro desde hace muchos años, continuaremos en nuestro empeño.

Todavía esperamos –verbo ligado a la hermosa, tal vez ingenua expectativa que denominamos esperanza- que más allá de declaraciones vacías e iniciativas pomposas, se manifieste el respeto hacia el libro, la lectura, los escritores y todos los agentes ligados a este ciclo del cual dependen el crecimiento espiritual, cultural, material y en definitiva la auténtica libertad de un país.

Diego Muñoz Valenzuela

19 enero, 2008

La cosa de allá arriba

Yo sé que estás allí, dentro del ropero, puedo escuchar desde el primer piso tu respiración dificultosa, sentir como te revuelves inquieta, maldita criatura, siento los lamentos de la madera que se queja bajo tu peso. Si pudieras, saldrías de ahí – a veces lo haces – y bajarías la escalera haciendo crujir los escalones uno a uno con tus pies escamosos, verdes, llenos de algas igual que tu piel resbalosa, cubierta de légamo de quizás qué horrible lugar. Respiras más fuerte ahora, es casi un bramido, el ropero se estremece, bajo el volumen del televisor, pero inmediatamente viene un silencio más difícil de soportar que los ruidos de la película o tus movimientos allá arriba, parece que ese silencio durara más, tú saldrías de allí en todo tu esplendor, con toda tu maligni­dad, con tus ojos hambrientos y terribles, tus garras filosas, tus dientes de tiburón. Eso, podrías llegar al fin. A veces todo se reduce a esperarte, espero la noche para este duelo cotidiano. Yo sé que un día va a ocurrir. No sé cómo explicarlo: sólo lo sé. Bajarás con tus tentáculos, tus ventosas, tus brazos – lo que sean – dirigidos hacía mí y yo no podré moverme, me quedaré mirándote, paralizado, inmóvil, así como si fuera de piedra. Tal vez alcance a recordar algún párrafo de Lovecraft. Pero lo importante es que estarás acá, de este lado, y yo no podré moverme. Respiras, te mueves inquieta, maldita criatura. Te puedo ver casi, agazapada en la oscuridad, tus ojos brillando. A pesar del miedo, a veces me imagino qué ocurriría si tú bajases, qué ocurriría, qué ocurriría si entraran en ese momento mis padres, que están prontos a regresar, por eso creo que ya no bajarás, aunque a veces, a veces, casi es como si lo deseara.

13 enero, 2008

Ojo y espejo


El ojo había llegado. Estaba allí, en medio de la habitación. Enclavado en la pared arrojaba una mirada terrible y profunda que le hacía tintinear las terminaciones nerviosas. Esa mirada no lo dejaba olvidar lo que había que olvidar, ni recordar aquello que es imprescindible.


Pero ahí estaba, ensoñador, magnético, impasible. Enorme. Casi de su propio tamaño, con horribles sanguinolencias y venas enrojecidas, y la pupila dilatada. Se aterrorizó, golpeó el espejo hasta destruirlo y volvió con gran calma hacia su órbita.

03 enero, 2008

LUGARES SECRETOS comentado por Željka Lovrenčić

Diego Muñoz Valenzuela: Lugares secretos, Santiago, Mosquito editores, 1993., 177 pgs.

Por Željka Lovrenčić

La ficción y la realidad de Chile

Diego Muñoz Valenzuela nació en el año de 1956 en Constitución y es uno de los escritores contemporáneos más significante de Chile, uno de los pocos que en este país escribe obras de la ciencia ficción. Publicó dos novelas y sus cuentos han sido incluidos en más de treinta antologías ya traducidas a diferentes idiomas. Ha sido dos veces el ganador del premio “Las Mejores Obras Literarias” que otorga el Consejo Nacional Chileno para el Libro. Es el redactor de varias antologías del cuento chileno.

Pertenece a la generación de los años ochenta. La “generación que creyó que el cielo se tocaba con los dedos pero que a la vuelta de la esquina le quitaron la escalera” dice la periodista Faride Zerán. Esa generación saca del olvido los espíritus de la época de su juventud y en su obra usa el humor, escribe libremente y con cierta dosis de impertinencia.

Perdió sus amigos

Diego Muñoz proviene de la familia de escritores – su padre era un conocido escritor, y también escribían su madre y su abuelo materno. Él quiso ser diferente – decidió estudiar química e hizo la maestría de ciencias técnicas. Cuando ocurrió el golpe de estado en Chile, tenía 17 años. Por nostalgia y sufrimiento, porque en la época de la dictadura perdió muchos amigos queridos, empezó a escribir poesía. Dejó de escribirla en el año 1984 – entonces se dedica de manera total al cuento y edita la colección Nada ha terminado. En todas sus colecciones hay muchos cuentos con elementos biográficos – eso es evidente y en la colección Lugares secretos, publicada en Santiago en el año 1993. En ella, el lector tiene la posibilidad de conocer la variada y rica temática de ese excelente escritor: están presentados los mini-cuentos por los cuales Muñoz es conocido y fuera de las fronteras de su país, cuentos de ciencia - ficción y los cuentos que tratan el tema de la dictadura en Chile que son de gran sensibilidad.

Sus cuentos son de temas variados, algunos son descripciones realistas de la vida chilena. Podemos destacar el cuento “Cruzar la calle” en la cual el protagonista – empleado joven, de éxito y con perspectivas, que a menudo visita a su amigo en el manicomio, conoce a otros enfermos y al final piensa que le gustaría quedarse con ellos, lejos de la crueldad de la realidad.

La vida de los pobres

En el cuento “Aún te queda tu jardín” nos encontramos con el orgulloso viejo padre quien se quedó solo en Chile porque su esposa murió y su hijo decidió ir a vivir en los Estados Unidos donde se casó con una norteamericana y formó familia. El viejo vive en la pobreza cultivando su jardín.

El cuento “Bailarina de topless” describe, las dificultades de la vida en la capital chilena donde las muchachas jóvenes de familia pobre tienen que trabajar como bailarinas en topless bares para ganarse la vida. Un visitante ocasional de alta sociedad entra al bar y nace una simpatía, pero en eso se queda... Él al final se va a su mundo.

Diego Muñoz escribe con facilidad y de manera interesante en géneros diferentes que también contribuyen a su, cada vez más grande, popularidad entre los lectores.


Željka Lovrenčić, especialista croata en literatura latinoamericana y traductora con una amplia labor de difusión de obras narrativas y poética del español a croata (autores bolivianos, chilenos y de otros países), y del croata al español.
 
hits Blogalaxia Top Blogs Chile