Estoy demasiado solo para ser buena compañía.
29 junio, 2015
24 junio, 2015
Amores intertextuales
Soñó que lo amaban tan intensamente que
despertó. Se sintió solo y triste en medio de la noche helada. Allí, junto a
él, en su cama, no había nadie; nunca lo hubo. Se concentró en escribir una
historia sobre filósofos que sueñan con ser mariposas, que a su vez sueñan con
ser filósofos. Se quedó dormido de nuevo y volvió a soñar que lo amaban, esta
vez por la eternidad completa. No quería salir de ese mundo onírico, más abrió
los ojos Se puso a escribir de nuevo, ahora la historia de un motociclista que
tiene un accidente, pierde la conciencia y cae en una pirámide de sacrificios
donde tiene una fantasía extraña. El sopor lo devoró para que regresara a los
brazos de su amante, esta vez para siempre, sin retorno, ni motecas, ni
lepidópteros, ni filósofos, ni motos.
22 junio, 2015
Monólogo de Jekyll y Hyde
-Bien- respondí desde el otro lado-, sanando
enfermos, aunque tal vez debería dedicarme a eliminar sabandijas molestosas.
-El que debiera ser eliminado, exterminado,
defenestrado, eres tú, matasanos del demonio. Conozco tu lado oscuro, sé lo
pavoroso que puede ser.
-En todo caso, no me refería ti, Hyde, pero es
una buena idea. La mejor que ha salido de tus labios desde el día fatal en que
te apareciste en mi espejo.
-Agradece que estoy de este lado…
Apagué la luz del baño. Así
termino estas discusiones. Si por él fuera, podríamos estar días enteros.
Ahora me iré a dormir. ¿Qué hará mientras duermo?
Ahora me iré a dormir. ¿Qué hará mientras duermo?
19 junio, 2015
¿Dónde dios?
¿Dónde dios, dónde? En la mirada de Elizabeth
Taylor, entre los senos de Marylin Monroe. En un retrato de Modigliani o una
partitura de Mozart. En los senderos de la Alhambra. En un bosque donde te has
extraviado. En el perpetuo movimiento del océano. En el incomprensible
infinito, la nada, el vacío. En Piazzola tocando el bandoneón, en un orgasmo
epifánico, un poema de Alberti o de Neruda. Por ahí estará. ¿Dónde dios, dónde?
16 junio, 2015
Ganarle a nadie
No era fácil que en toda una vida no le hubiera
ganado a nadie. Eso meditó el leguleyo aquella mañana gris y fría. Y convirtió ese
récord en motivo de orgullo.
14 junio, 2015
13 junio, 2015
Encuentro con la Utopía
10 junio, 2015
Elefante acróbata
El elefante acróbata es un portento. Trota
sobre la cuerda que por su peso se dobla como si estuviera floja. Ni el más
hábil de los macacos podría emularlo.
“Claro”, comenta un envidioso criticón de los que nunca faltan, “el
proboscídeo se ayuda con una pértiga. Así, cualquiera”, agrega. Cuando llega al
mástil, salta al trapecio y comienza a ejecutar saltos mortales; termina con
uno triple y se lanza a la red, donde rebota muchas veces. El criticón vomita su ácido: “la gracia seria
que no usara red”. EL paquidermo salta de la red y se encarama a unos zancos
gigantes con los que corre por la arena, enardecido, mientras recibe una
ovación cerrada. Como cierre salta como un pescado y aterriza sobre el
criticón, que apenas alcanza a vomitar sus propias tripas. El público se pone
de pie. Gran final.
07 junio, 2015
Cabeza de chancho en domingo
Fui al mercado a comprar una cabeza de chancho.
Cuando ubiqué el expendio apropiado, le pedí al más fornido de los carniceros
que me vendiera la cabeza de chancho más grande que tuviera. Abrió una de las
puertas y extrajo una realmente enorme. ¿Cómo la quiere?, preguntó. Vacía,
hueca, especifiqué, sáquele todo. Me dio una mirada de curiosidad. Hágalo con
prolijidad, le pagaré cinco mil pesos extras por su trabajo, aclaré, bien
limpia y seca. Por esa suma las hago de cirujano, repuso. Diez minutos después
me entregó la cabeza ahuecada envuelta en papel de periódico y bien protegida
en bolsas de plástico. Salí de allí y la saqué de sus envoltorios. Bellísima,
exclamé. Me la calcé con cuidado y saqué el espejo de mano. Perfecto, di un
aullido de felicidad. Me eché a caminar. La gente se apartaba de mi camino,
asustada. La expresión del puerco era feroz. El carnicero era un artista: le dejó
asomados los enormes colmillos. Me eché correr rumbo al bulevar. Ese fue un
gran desbarajuste: las personas huían despavoridas. Nadie me enfrentó, hasta la
policía escapó; manga de cobardes. Fue una excelente tarde de domingo, esas que
suelen ser aburridas y plácidas.
05 junio, 2015
El autocuento
Se escribió a sí mismo, sin mi intervención.
Era el mejor cuento jamás escrito. Puedo asegurarlo, aunque lo haya olvidado.
La misma entidad que lo concibió, procedió a borrarlo de la máquina. Y de mi
mente. Maldita sea.
03 junio, 2015
El taxidermista
Me hace pasar muy amablemente. Es una vieja
casona de aires señoriales ubicada en un cerro de los suburbios, rodeada de un
parque bellísimo, poblado de árboles enormes y antiguos.
-¿Vive solo aquí? –pregunto mientras sigo sus
pasos.
-Desde que mi esposa falleció. Hace ocho años
–respondió sin voltearse.
-Quiero que embalsame a mi perro. Por eso vine
aquí.
-Viene muy poca gente. Y nadie por mis
servicios. Estoy retirado hace mucho –carraspeó y siguió avanzando por el
pasillo estrecho y oscuro.
-Quería mucho a Nerón. Era mi única compañía.
No quiero prescindir de ella.
-Lo entiendo. Pase a la sala de estar, por
favor.
Entra a una estancia amplia iluminada apenas
por la escasa luz que logra filtrarse a través de las cortinas de terciopelo
gris.
-Ya no trabajo, pero puedo hacer una excepción.
Entiendo que se sienta solo.
Me acomodo en un sofá. Entonces la veo, sentada
al frente. Lee una revista con los anteojos puestos. Sonríe con discreción. Un
vaso de licor la espera eternamente junto a la mesita de luz.
-Mi trabajo es bueno. No se arrepentirá. Cuando
termine con usted, iré por su perro. Estarán juntos para siempre.
No puedo moverme. Es como si una soga invisible
me lo impidiera. Sé que es el terror. Entonces veo las otras figuras inmóviles.
Y el grito muere en mi garganta, antes de poder salir.
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