Se escribió a sí mismo, sin mi intervención.
Era el mejor cuento jamás escrito. Puedo asegurarlo, aunque lo haya olvidado.
La misma entidad que lo concibió, procedió a borrarlo de la máquina. Y de mi
mente. Maldita sea.
05 junio, 2015
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario