18 agosto, 2011

Historias de amor 2

Le regalo un pendiente y aclaro que es un vestido. Ella se ríe y me obsequia una intensa mirada. Estoy totalmente desarmado. Desamparado. Me abraza, me besa, dice que se ha apoderado de mí. Y es cierto. Como si ella fuese una entomóloga y yo un extraño escarabajo. Como si yo fuera Chuang Tzu y ella la mariposa que sueño ser. Como si ella fuese todo lo que quise ser y no soy, lo que me falta desde siempre. Como si yo no hubiese sido antes el que soy ahora. Como si hubiera caído de golpe en un mundo distinto y nuevo.

2 comentarios:

Gemma dijo...

Como si viviera por fin en lugar de soñar.
Muy buena tu recreación de la Mariposa de Chuang Tzu.
Un abrazo esta vez

muñoz valenzuela dijo...

Sí, Gemma, eso es, ahora viven ambos, un abrazo

 
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