30 agosto, 2006

Escritores en Resistencia

Palabras de despedida a nombre de la delegación de escritores chilenos en el XI Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, Resistencia, Argentina, Agosto 2006

Autoridades presentes, amigas y amigos:

Como muchos de ustedes, en las postrimerías de la década de los sesenta, iluminado por el fulgor de las marchas de mayo en París, con la música de fondo de Carlos Santana, Jimmy Hendrix y los Beatles, me dedicaba a imaginar el mundo del futuro y me parecía que indefectiblemente el distante siglo XXI sería una especie de Shangri-Lá. Allí confluirían una mezcla entre revolución y hipismo, una mixtura sincrética entre anarquismo y ordenada voluntad de transformación, fe y actitud herética se conjugarían en un equilibrio realista e imposible.

Discernía en aquella época, con auxilio de lecturas asistemáticas de Sartre y Marcuse, alentado por las esperanzas utópicas y también por las primeras libaciones alcohólicas, que el remoto año 2000 constituiría un punto de inflexión en la historia. Me aterrorizaba pensar que en aquel hipotético futuro me empinaría bastantes años por sobre la cuarentena, una edad poco fiable, próxima a los avatares de la felicidad senil y su estado de complacencia permanente. Por esa fecha ya me habría transmutado en un conservador de tomo y lomo, digno sólo de ser defenestrado por las nuevas generaciones. En aquellos sueños veíamos flores, armonía, solidaridad, arte, cultura, conocimiento por doquiera. Por sobre todo encontrábamos libertad, libertad de pensar, reír, imaginar, hacer el amor, beber, escribir. El capítulo más oscuro de nuestra historia –la dictadura militar- habría de hacerse cargo de estos sueños en los años siguientes.

Nos quedamos encerrados en la Naranja Mecánica, con los ojos desorbitadamente abiertos, sostenidos por garras metálicas que nos obligaban a ver una y otra vez las hogueras de libros en las cuales se pretendía incinerar el pensamiento y los anhelos de varias generaciones. Y muy pronto fuimos obligados a presenciar una larguísima lista de atrocidades sin nombre.
No obstante, somos herederos de esos sueños obstinados: acercar la literatura a todos ustedes, a los que están aquí y a los que no están, esto es, a nosotros, a todos nosotros que al fin y al cabo constituimos un pueblo. Somos seguidores de Sísifo, pero no tenemos la sensación de estar cumpliendo un castigo. El placer reside en el desafío de arrastrar una y otra vez la piedra hasta la cumbre, en buscar nuevos puentes entre el lector y el autor, en inventar nuevas formas de relación más directas y atractivas.

Mucha agua ha pasado bajo el puente. No creemos en utopías a salto de mata. Construir una mejor sociedad es un acto que excede la simple voluntad y los meros deseos. La historia enseña que la materialización de ese anhelo entraña una complejidad enorme. Pero podemos exigirnos nosotros mismos un comportamiento activo de personas imaginativas, capaces de soñar futuros posibles donde se concilien libertad y cultura, solidaridad y desarrollo, equidad y competencia, progreso y reflexión. Hay algo que cada uno de nosotros puede hacer, aunque poco quede de aquellos adolescentes alucinados que temían perder la rebeldía.

Creo que a pesar de las canas, de las marcas de sabiduría que nos surcan la piel, de esos kilos de más que llevamos cuestas, no nos hemos transformado en esos férreos guardianes del orden y del status quo que poblaron nuestras pesadillas adolescentes. Todavía aquellos sueños de libertad están vigentes, se erigen sobre la uniformidad gris, sobre la inercia de una mole social que privilegia el economicismo y se impone con una vitalidad tan contundente como ciega, exenta de visiones oníricas, ajena al ejercicio de la imaginación artística, afincada en el más acendrado, ambicioso y destructivo pragmatismo.

Hace siete años, en agosto de 1999, tuve el honor de representar a Chile en el IV Foro por el Fomento del Libro y la Lectura organizado por la Fundación Mempo Giardinelli. Y aquí estoy nuevamente, integrando una amplia delegación de escritores chilenos, probablemente la más numerosa y heterogénea que haya viajado hasta Argentina en varias décadas. Es una especie de milagro que resulta del hermanamiento realizado el año 2002 entre la Fundación Mempo Giardinelli y la Corporación Letras de Chile. EL IV Foro en Resistencia fue una experiencia maravillosa y decisiva para mí en muchos aspectos.

Lejos de las urbes postmodernas plenas de luces, plásticos y arquitecturas desafiantes, cercana a la imagen lárica de los pueblos perdidos en el sur del mundo, donde el tiempo transcurre con lentitud y da espacio para todo, Resistencia es una ciudad subyugante, cálida, austera y espaciosa que se permite acoger anualmente este milagro sobrecogedor. Un milagro que consiste en congregar por espacio de tres días a centenares de personas unidas en torno a la literatura.

En el Chaco ocurren milagros. Aquí existe un equipo de fútbol llamado Chaco Forever, que perfectamente podría ser el lema de este Foro. Aquí los visitantes extranjeros nos iluminamos con la luz azul que desprenden las flores de esos árboles increíbles cuyo nombre lánguido aprendimos a deslizar por entre los labios como un susurro, lapachos: palabra sagrada de este mundo chaqueño. En Resistencia las patas de buey son flores, igual que los chivatos. Aquí, hay que decirlo, muchos escritores hemos alcanzado el sueño de estar frente a centenares de personas dispuestas a escuchar la palabra con devoción, con inteligencia, a veces incluso con delirio, es sin duda un hecho extraordinario.

Luchar contra la ignorancia y la incultura, promover la lectura, dar a conocer lo mejor de la literatura latinoamericana, incentivar la creación y la imaginación, todas estas tareas constituyen una utopía posible. Cito a Mempo Giardinelli: “Como trabajo cultural por antonomasia, el de la lectura es un acto de resistencia. Yo me enorgullezco de que esta resistencia se lleve a cabo en esta ciudad. Como para hacerle, además, honor a su nombre”.
Mempo Giardinelli ha dicho más de una vez que la idea del Foro proviene de un Encuentro realizado en Santiago de Chile en noviembre de 1995, en el cual tuvo la gentileza de acompañarnos. Pues bien, ahora que reconocer que la idea de crear Letras de Chile se alentó decisivamente en las primeras versiones del Foro, y eso viene a demostrar que nuestros quehaceres están coordinados desde antes del hermanamiento, por sobre esta cordillera que nos une.

A mis compañeras escritoras chilenas, a los compañeros poetas y narradores chilenos me atrevo a pedirles aquí en Resistencia, al borde de la partida, que renovemos el mismo empeño que nos trajo hasta acá, que lo incrementemos y lo hagamos gigante. Y se los pido también a todos ustedes, junto con darles las gracias a los anfitriones por esta acogida maravillosa que nos han dado, impregnada de aquella solidaridad y generosidad que recogen lo mejor del espíritu humano y lo conducen a su expresión más alta.


Diego Muñoz Valenzuela

2 comentarios:

Hervigo dijo...

El mundo es ancho y ajeno...pero a veces ocurren encuentros que nos sorprenden. Se trata de un encuentro con un pasado de sueños...obstinadamente presentes en la memoria. Hace un tiempo intenté ser un blogger y buscando un nombre significativo opté primero por algo pomposo y consabido...que ya no recuerdo. Avergonzado hasta el espanto por tamaña "creación"...me decidí por no buscar significaciones y puse un acróstico de mis nombres (ello me garantizaría la vaciedad y la suficiente libertad). Me aliviaría así de la responsabilidad de un contenido. Sin embargo, esa necesidad de decir algo...algo tendría que ver con cierta historia. Y así tiré p'al monte. Y así volvió, como es costumbre, la palabra sueño. Y como vuelve obstinadamente...¡¡tate!!...he aquí suenosobstinados.blogspot.com....después de algunos meses creí recordar el nombre de mi blog... interrogué a google....y ¡preposterous!...surge de la multitud de sueños obstinados- en primerísimo lugar- mi amigo Diego...el mismo obstinado soñador-a lo que veo- de aquellos años otros del viejo Beaucheff. Es cierto..."nosotros, los de entonces ya no somos los mismos". Nosotros mismos, los heraclitianos...Pero tu texto de Resistencia es una defensa de la eternidad de la vida...de Resistencia a la Muerte. Y la vida de los hombres y mujeres es sobre todo ese camino hacia la cumbre del Sísifo de Camus...con su extraña dicha. Un abrazo Diego por esa obstinación en el testimonio y por la belleza de tus sueños vigilantes...para que no nos derroten las pesadillas de la falsa vigilia. Hernán Videla G.

Argentiersen dijo...

Nunca "lei" a alguien que hablara de mi ciudad como Ud. Resistencia enamora a propios y ajenos y Mempo ayuda a que eso suceda a traves de lo mas hermoso que pueda existir como por ejemplo y como ud. lo dijo:el placer de sentir que 100 o mas personas "vuelen" con palabras y poesias o un simple verso...asi es el Foro...trabajo para la Fundación (con Natalia) haciendo de todo un poco y siempre colaboro en los Foros.Sepa ud. que Resistencia siempre tendra las puertas abiertas a quienquiera que como Ud. ve en ella un "escape" para el deleite de la lectura.
Abrazos "Resistencianos"(mas precisamente desde el Barrio España,cuna de un cuento de Mempo justamente...

 
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