12 abril, 2009
Confucuento
Cenicienta mordió la manzana envenenada y se hundió en un plácido sueño donde ella, convertida en sastrecillo valiente, aplastaba a siete ogros de un solo golpe. La maligna bruja se introdujo en el sueño, pero salió trasquilada porque un gato con botas la convirtió en sapo. Un hambriento lobo cazó al anfibio y lo cocinó a fuego lento. La Caperucita reprobó el guiso y ordenó al lobo, hacha en mano, que se lo sirviera a su abuelita. Cenicienta despertó sudando frío y se horrorizó al ver a siete horrorosos y desnudos enanos contemplándola con lascivia.
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