06 junio, 2009

Conserva fatídica


Abrió con parsimonia la conserva de duraznos a pesar del apetito voraz que lo dominaba. Al doblar la lámina redonda de hojalata, vio un ojo que lo observaba fijamente, con una insolente expresión de curiosidad. El primer impulso fue arrojar lejos el tarro, pero muy a tiempo el ojo parpadeó con coquetería. Se contuvo y quedó mirándolo, hechizado. Era un ojo bello, glauco, límpido, dócil, dulce. Se enamoró de él. Imaginó que pertenecía a una admirable princesa víctima de alguna bruja. Arrancó uno de sus ojos e insertó el hallazgo en la cuenca vacía; dejó de sangrar por milagro. Vio el mundo de una manera distinta. Devoró los duraznos y tiró a la basura la lata. Abrió otra. Allí estaba el ojo, esperando.

2 comentarios:

*amor se llama el juego* dijo...

sabes !!, me encanta el género lírico , las composiciones poéticas en que predomina la subjetividad, a través de la expresión de los sentimientos íntimos del autor frente al mundo que lo circunda ...

me encanta escribir , agradezco despertar en la mañana y saber que tengo hojas de papel en blanco y mente , siempre tengo vomitos mentales , pero nunca concreto nada ...

te admiro , soy una joven de 14 años , que le encanta escribir , ojala y en uno de estos días tenga un comentario tuyo ... adios , cariños !!

*amor se llama el juego* dijo...

la lírica es una rama mas de la literatura sierto?, asi es , grasias !!

 
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