19 julio, 2009
Asunto de nombres
Don Eustorgio Zavarovsky jamás logró que una persona entendiera su nombre a la primera, mucho menos que lo escribiera bien. Su vida se tornó una suerte de diáspora con cada una de aquellas identidades alternativas. Algunas denominaciones le parecieron elegantes y distinguidas, incluso aristocráticas; otras rudas, vulgares, casi coprolálicas. Poco a poco fue extraviándose en aquel laberinto de posibilidades y se fue convirtiendo en una confederación de personalidades unida apenas por un origen remoto e inalcanzable.
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