24 enero, 2010
Alarmas
Suena la alarma del auto, pero nadie hace caso. El ladrón lo desvalija con parsimonia. Algunos vecinos riegan el césped, indiferentes a lo que acontece. Justo en frente resuena la alarma de una casa. Varios tipos cargan el camión estacionado afuera. El sonido ululante no logra alterarlos. Se toman su tiempo. Después de un rato el auto y el camión se marchan sin prisa. Los vecinos continúan regando.
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