Chuang Tzu tuvo una horrible pesadilla. En el sueño se le aparecía un escarabajo gigantesco que aseveraba llamarse Gregorio Samsa e insistía en extenderle sus negras patas. Si bien Chuang Tzu no creía que los sueños pudiesen ser fuente de inspiración, concluyó que si cambiaba el escarabajo por una mariposa, la historia se tornaba atractiva. Y se dispuso escribir aquella mañana diáfana y luminosa.
1 comentario:
Quería escribir un comentario verdadero, pero Gregorio y Chuang, perturban mi sueño.
Regresare al grillito cantor.
Mi abrazo es luminoso.
Sergio Astorga
*Un placer leerte.
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