Viajé a China invitado por la
Academia de Literatura Taetea y el Centro Regional de Institutos Confucio para
América Latina (CRICAL) para participar en el Tercer Foro de Literatura
Internacional Contemporánea en Lijiang (Taetea), en la sureña y hermosa
provincia de Yunan, fronteriza con Laos, Birmania y Vietnam. Fue un viaje
acelerado (estuve diez días allá más otros tres de largos vuelos), repleto de
sorpresas y aprendizajes porque implicaba conocer un mundo desconocido (fue
como una visita a un planeta perteneciente a una galaxia muy lejana,
comentábamos con el escritor Mempo Giardinelli), y una continua experimentación
en cámara rápida de nuevas sensaciones y conocimientos: olores, sabores,
paisajes, lenguaje, costumbres.
Podría escribirse un libro
completo acerca de estos diez días, con infinitas preguntas y algunas
respuestas. La vivencia anima a repetirla en el futuro, para poder primero
digerirla, procesarla, establecer hipótesis y regresar en busca de más
información. Yunnan es una provincia en el enorme contexto de China (tiene
cuarenta y siete millones de habitantes), con ciudades a una escala muy humana como
Lijiang, sede del Foro, que tiene un millón de habitantes (Kunming, en cambio, la
capital de Yunnan, es muy populosa: tiene seis millones de habitantes). Hay que
agregar la presencia de mucho más de veinte etnias diferentes, todas las cuales
son respetadas y apoyadas para asegurar su continuidad; en consecuencia es una provincia
con un componente multiétnico muy importante.
Lijiang es una ciudad en esencia
nueva -China es un gigante en continuo crecimiento y expansión- pero con una
tradición cultural muy asentada y poderosa. La Ciudad Vieja de Lijiang, que
proviene del siglo XIII, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997 por
la Unesco, notable refuerzo al turismo que es consustacial a la zona, por su
gran belleza, los impresionantes e imborrables paisajes de la Montaña de Dragón
de Jade, coronada por nieves eternas. Lijiang es una ciudad montañea, a 2400
metros sobre el nivel del mar, con cielo azul y atmósfera prístina (que después
echamos mucho de menos en Beijing). Curiosamente, la notable altura no se hace
sentir, tal vez por la pureza del aire.
Entre las múltiples sorpresas,
estaba la explicación del vocablo “Taetea” en el nombre del Foro Literario, muy
destacado en las convocatorias, afiches, anuncios y profusa papelería destinada
a la difusión. Taetea es un consorcio cuyo negocio es la producción y venta de
un té de altísima calidad, el Pu’er, destinado a un exclusivo grupo de
consumidores de gustos muy refinados. La empresa Taetea financia -entre muchas
otras iniciativas de fomento al arte y la cultura- a la Academia Literaria que
organiza el Foro, con el liderazgo del escritor Cheng Peng. Una situación como
ésta es completamente inconcebible en Chile. Que una gran empresa nacional o la
filial de una internacional financiaran un quehacer literario permanente; mucho
menos un encuentro de escritores. Esto me hace ver que en China hay empresas
que asignan valor al desarrollo del arte, y en especial a la literatura; es
decir, comprenden el estrecho vínculo que existe entre cultura y desarrollo, y
más específicamente entre lenguaje, literatura, cooperación y creatividad. Y me
permito sentir una sana envidia, al menos la suficiente para formular esta
pregunta (o más bien clamor): ¿Cuándo alcanzaremos en Chile un estándar
semejante?
En este Tercer Foro estaba presente
una apreciable cantidad escritores y escritores chinos de Yunnan y otras
provincias, entre ellos dos conocidos por un viaje reciente a Chile organizado
por CRICAL: Wen Xue y Ye Duo Duo, dos buenos amigos. Los invitados
internacionales eran un escritor belga, una editora francesa, David López del Amo,
un agente literario español avecindado en China, el gran narrador argentino
Mempo Giardinelli (querido amigo con quien fue un enorme gusto compartir este
viaje memorable) y este servidor. Además, una amplia gama de autoridades
diversos países de CRICAL -presididas por su Subdirector, en Doctor en
Literatura Sun Xintang- y estudiantes
curiosos e inquietos aprovechando al máximo esta experiencia de aprendizaje.
La inauguración del Foro, así
como el cierre, se manifestó en actos con mucha presencia de público y gran
interés de los medios de comunicación, televisión incluida. El Foro fue muy
destacado en las noticias regionales; es posible que en ello influyera la
presencia activa de autoridades de la ciudad y la provincia, así como de la
Sociedad de Escritores de China, representada por su Vicepresidente, una
autoridad considerada muy relevante por los medios (otra diferencia apreciable
con Chile).
En el Foro, los únicos dos
escritores que representábamos a nuestros países, y en cierto modo a
Latinoamérica, pudimos ofrecer conferencias acerca del estado actual de nuestra
narrativa en Argentina y Chile, y -respondiendo preguntas de los asistentes-
referirnos a fenómenos tales como la circulación siempre escasa (una paradoja)
de la literatura actual entre nuestros países de habla hispana, la
multiplicidad y heterogeneidad de estilos, temáticas y tendencias, proliferación, la proliferación de
microeditoriales alternativas que coexiste con la presencia dominante de los
grandes grupos trasnacionales, la influencia de la historia reciente en nuestra
obra.
En mi ponencia tuve la
oportunidad de reseñar la labor creativa de las tres generaciones activas en
novela y cuento: la de los Novísimos, la del 80, y la de los Hijos de la Dictadura, mencionando
tendencias, características principales, exponentes destacados. Particular
mención hice de los temas novedosos: el significativo y acelerado desarrollo de
la novela negra y neopolicial, el renacimiento de la literatura fantástica y la
ciencia ficción, la irrupción del microcuento o Minificción desde mediados de
los 70.
También hubo oportunidad de
visitar la ciudad de Lijiang y sus alrededores. La Ciudad Vieja es un auténtico
monumento: casas medievales con bases de piedra, estructuras superiores
fabricadas con bellas maderas, techos de tejas tradicionales con
ornamentaciones muy cuidadas. Constituye un estupendo paseo para el día y la
noche, cuando se convierte en lugar para la convivencia, compartir comida y
bebidas, y hasta para el baile o el popular karaoke. También se encuentran
ventas de artesanía de la provincia: coloridas y hermosas piezas tejidas a
telar, campanas, adornos de madera, bisutería, cerámica y cientos de muestras
de arte popular.
Sobresalió un viaje a lomo de caballo por los
tramos iniciales de la antigua ruta del té, una cabalgata de un par de horas,
encumbrándose hacia los selváticos cerros, camino del sur del Tibet, donde -desde
tiempos remotos- los potentados pagaban a precio de oro las hojas aromáticas
provenientes de Yunnan. Esta recompensa generosa animaba a los comerciantes a
realizar travesías peligrosas e inciertas que duraban muchos meses. Nosotros,
como es natural, hicimos una imitación muy limitada de la travesía original, que
tenía casi cuatro mil kilómetros, pero
alcanzamos a sentir la sensación de empinarnos por los cerros con rumbo al
lejano Tibet. Pudimos conocer algunos de los paisajes naturales más hermosos de
China, así como de reconocer manifestaciones culturales de las diversas etnias,
además de bosques, ríos, lagos y monumentos exultantes.
Notable la aldea de nueves
colores cercana al aeropuerto de
Lijiang: Jinlong, un lugar de fantasía, pródigo en rosas de infinitos
colores, con cada casa pintada en un propio color pastel, y frecuentes murales.
Como para filmar cuentos de hadas.
A la entrada de las casas
tradicionales hay un muro cuya función es evitar que ingresen los demonios,
cuya costumbre es caminar en línea recta: ¡Ojalá en nuestro país esta
estratagema surtiera efecto!
Se percibe en el ambiente una
gran pulsión positiva por la vida: energía, interés, pasión por el trabajo,
ganas de hacer, una suerte de optimismo. China es una nación que crece con una
fuerza imparable; esa es mi sensación. Un gran gigante en movimiento. No me atrevo
a enunciar hipótesis explicativas; opto por consignar el hecho.
La edición de un libro, me
informan, puede alcanzar 50.000 ejemplares. ¡Qué prodigio! Los escritores
chinos viven de su trabajo y gozan de respeto social evidente. Algunos
disfrutan de ingresos cuantiosos; no quiero establecer comparaciones con Chile.
Terminado el Foro, Mempo
Giardinelli y yo concurrimos a Beijing para dictar conferencias en los
Departamentos de Español de las
Universidades de Renmin y el Instituto Politécnico de Beijing (BIT). El interés
por conocer el estado de nuestras narrativas fue patente y recibimos muchas
preguntas que denotaban comprensión, curiosidad y conocimiento. Hubo tiempo
para recorrer la enorme ciudad, y conocer maravillas como la Ciudad Prohibida,
La Gran Muralla, el Templo del Cielo.
Una visita, como expresé al
inicio, acelerada como película muda, con sorpresas a cada paso, con mucho
afecto mutuo. Tal vez nos hermane la relación con la tierra, un posible factor
común. En Yunnan eso fue más intenso, tal vez por las montañas y los paisajes
de belleza campesina. Regresé a Chile con esta impresión recargada de
sorpresas, imágenes, experiencias gratificantes y afecto. Una nueva razón para
alimentar el deseo de seguir conociendo la literatura china, viva expresión de
un gigante cultural milenario.
Diego Muñoz Valenzuela
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