15 abril, 2010
Contracuento de hadas 2
Envenenada por una historia, recorrió el mundo entero besando batracios. En vano desplegó sus afanes, ninguno de ellos se transmutó en galán. Envejeció la infanta, la belleza de otrora se convirtió en piel ajada, el esplendor se desvaneció sin dejar huella. “Observad a esa anciana, parece un sapo”, comentaban los bellos príncipes, “Imaginaos tener que darle un ósculo para convertirla en princesa”. Y reían a mandíbula batiente.
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1 comentario:
Ufff... Diego, aquí le diste la vuelta al completo. Muy bueno. Un saludo.
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