No debiste dudar de mi amor, le dijo con voz cadenciosa, pues éste será eterno. Después diestramente le clavó el punzón en el pecho. Ella abrió los ojos, suspiró, y se despidió de este mundo.
Vaciada de sangre, su piel quedó aún más alba. Estaba desnuda, con los ojos cerrados. Él la poseyó con furia, con pasión, con delirio; lloró sobre ella tras desprender el fluido de la vida. Luego la limpió escrupulosamente con una esponja humedecida y la acomodó en una nevera.
Te amaré por siempre, dijo. La besó y deslizó la tapa.
1 comentario:
hola que tal
agradable historia "amor eterno"
saludos amigos
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