Con
el propósito de esclarecer la confusa realidad en que vivimos, es preciso
develar que los masoquistas organizados se han integrado a las filas de los
conspiradores. De ese modo alcanzan la felicidad mediante la represión, la
tortura y la muerte. Ellos hacen todo lo que está en sus manos para que aumente
la efectividad de las fuerzas del orden, porque así logran su perversa
finalidad. Y nuestro gobierno no ha hecho otra cosa que proporcionarles los
medios para que alcancen el placer más alto. ¡Malagradecidos! Pagan nuestro
empeño con la moneda ruin de la difamación.
Así se tergiversa la situación actual, con brillante mañosería, sin
asomo de principios morales.
23 febrero, 2014
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