FLORES PARA UN CYBORG fue publicada en
1997 por Ed. Mondadori, después que ganara en 1996 el Premio a la mejor novela
inédita (Premio Mejores Obras Literarias) que concede anualmente el Consejo Nacional
del Libro, reconocido como el más importante en Chile. FLORES PARA UN CYBORG rompió el largo silencio de la ciencia
ficción en el país, que abarcó toda la dictadura y el primer periodo
democrático, y colocó al género en una posición de igualdad con la mejor
narrativa chilena.
En 2003 fue
reeditada en Chile por Ediciones RIL, y en 2011 Simplemente Editores, junto con
la edición de LAS CRIATURAS DEL CYBORG,
segundo volumen de la trilogía que completa OJOS DE METAL (2014), de Simplemente Editores.
En 2008 fue
editada en España por EDA Libros, en Italia como FIORI PER UN CYBORG en 2013 por y en Croacia bajo el título CVIJECE
ZA JEDNOG KIBORGA a fines de 2014.
El Doctor en
Literatura Cristián Montes CApó, profesor de la
Universidad de Chile, presentó la edición croata de FLORES PARA UN CYBORG en Croacia en Octubre de 2015. Este es el
texto de la presentación.
Flores para un cyborg
de Diego Muñoz Valenzuela
Aunque Flores
para un cyborg (2008) de Diego Muñoz Valenzuela ha sido definida como una
novela de ciencia ficción, los diversos registros narrativos convocados en su
representación de mundo la sitúan en lo que actualmente se define como novela
híbrida. Dicha condición se expresa en Flores
para un cyborg en una sintomatología posmoderna signada por la
proliferación de usos de lenguaje, la mezcla de géneros discursivos, la
multiplicidad y fragmentación generalizada y la transtextualidad, entre otros
rasgos claramente posmodernos. En consecuencia, pueden visualizarse en el
discurso de las ideas de la novela rasgos genéricos de la novela de ciencia
ficción, la novela negra, la novela social y la novela de aventuras, entre
otras modalidades discursivas activadas en el imaginario narrativo.
En cuanto a la inscripción de Flores para un cyborg en el género de la ciencia ficción es
importante destacar dos aspectos significativos: por un lado es la novela que marca
la recuperación del género una vez alcanzada la democracia. A partir de ahí se
genera un corpus de novelas en la que la ciencia ficción permitirá a los
autores potenciar el género en cuanto a su capacidad de espejar el presente a
través de sus diversas construcciones imaginarias del futuro. Por otro lado se
está ante una escritura que revela una sólida erudición sobre el tema ficcionalizado.
El lector se ve así apelado por una enciclopedia cultural que remite a competencias de por sí
exigentes en cuanto al conocimiento científico sobre tecnología, ciencia y en
lo referido al concepto de cyborg. En este sentido Flores para un cyborg se distancia ostensiblemente del resto de las
novelas de ciencia ficción escritas previamente en Chile.
Por otro lado y respecto a la vertiente social y
política entrelazada con la de ciencia ficción, Flores para un cyborg tensiona algunos rasgos posmodernos,
especialmente en lo relativo al tratamiento de la historia y la revalorización
de la memoria colectiva. Se inserta así
en una tendencia de la narrativa chilena de postdictadura donde es fundamental la
presencia de la historia, la necesidad de no permitir que el olvido de la
catástrofe dictatorial triunfe en la conciencia del país, una problematización
del presente posdictatorial, un intento de elaborar el duelo respecto a las
muertes acaecidas en dictadura y una reflexión sobre las vastas consecuencias
de la experiencia vivida.
Ambas dimensiones de la novela se entrelazan en la
configuración de una trama regulada por la inestabilidad del presente narrativo
y una enunciación situada en tiempos de la transición democrática chilena. A
partir de ese punto de hablada el narrador realizará constantes remisiones a las
etapas de su infancia y adolescencia, a los tiempos vividos en dictadura
militar, a las situaciones de vida que redundaron en su exilio en Estados Unidos,
a sus estudios de Doctorado en Ciencias y a su regreso al país. En dichos racontos
se accede a la experiencia de un narrador personaje que vivió la utopía de construir
colectivamente un país más justo y que
el golpe militar y los años de dictadura pulverizaron de manera radical. Sin
embargo, lo que motiva la acción de la novela es lo que sucede en tiempos de
democracia, puesto que, según el narrador, todavía no se hecho justicia y ni se
ha logrado encarcelar a los culpables. La novela se erige así en una escucha
privilegiada del discurso social de la época en que fue escrita. Como lo han
señalado diversos historiadores y sociólogos chilenos, el deseo de vitalizar la
memoria en Chile, ha debido batallar con un proceso de democratización dudoso y
con una ambigua forma de continuidad entre la dictadura y la postdictadura. Desde
diversas perspectivas se ha señalado que el país de la actualidad fue generado al
interior de una matriz dictatorial que finalmente devino en? constitucional en
tiempos de democracia y que intentó por todos los medios olvidar dichos
orígenes. Esta forma de amnesia se
identifica con la voluntad de consenso que caracteriza la política neoliberal implementada por los
gobiernos de la concertación. El resultado fue una operación de blanqueo que
exigía olvidar los orígenes del Chile actual, es decir, el golpe militar, las
muertes, las desapariciones, para mostrar al mundo que el Chile de la
Concertación había conseguido superar el pasado.
Es esta atmósfera social y política la que Flores para un cyborg recrea a partir de
una escritura que rechaza el silencio generalizado ante las atrocidades del
pasado y la primacía del olvido por sobre el ejercicio de la memoria. Como afirma
el narrador, Chile se convirtió en: “el país del silencio, donde nadie parecía
querer hablar de la verdad, a excepción de los científicos locos”.
Según se advierte en Flores para un cyborg, la corrupción generalizada y la mentalidad neoliberal
imperante se han vuelto cómplices del enriquecimiento e impunidad de la que
gozan los antiguos represores y asesinos del régimen militar. La investigación
realizada por el narrador y por el cyborg permitirá descubrir que las fuerzas
del mal condensadas en el “Proyecto Génesis”, tal como es nominado en la
novela, no descansarán hasta conquistar nuevamente el poder. De esta
manera la novela evidencia el trauma generalizado del país y el temor de que
pueda volver a suceder en el país lo que ocurrió en el pasado. Por tal razón,
seres como el narrador, el cyborg y un
conjunto de diversos héroes anónimos portadores y representantes de una ética
de la resistencia, deberán estar alertas para que ello no ocurra.
Es en este contexto sociocultural y político de
amenaza de un eventual retorno del terror dictatorial y empresarial donde el
cyborg creado en Estados Unidos cumplirá en Chile su función justiciera. Los
diversos registros de la novela, tales como la ciencia ficción y la crítica
social se potencian partir de un dispositivo estructural privilegiado como es
el caso de la aventura. La trama delirante y la aparición de un tipo de héroe
inédito en la narrativa chilena hacen
del relato de aventura su formante privilegiado para develar las claves
del mundo descrito. Las múltiples capas
de sentido que configuran el espesor narrativo de Flores para un cyborg resaltan en el transcurrir de una acción enriquecida por la presencia de un humor
sumamente eficiente y efectivo. No se trata, sin embargo, de una comicidad que
radique en situaciones puntuales de la
trama o del acontecer de los personajes, sino de un tipo de humor corrosivo que
carnavaliza las verdades establecidas, los discursos convencionales y las
maneras como el país se autorepresenta: una forma de humor que en el despliegue
de la aventura va fortaleciendo su capacidad crítica y disolvente.
Dicho relato de aventura, sin embargo, permite igualmente
la transición constante a momentos descriptivos donde la trama y la acción
quedan en suspenso y al mismo tiempo enriquecen la polivalencia y el nivel
simbólico del texto. Ello ocurre especialmente en torno a la figura del cyborg
y lo que significa su creación. No se trata aquí únicamente de la descripción
de los vínculos entre creador y su obra, sino también de una consistente reflexión
existencial acerca de la autonomía espiritual del ser humano, del tema del sí
mismo, del otro y del otro que es uno mismo. Es elocuente, al respecto, que el narrador
perciba que su creación ya es parte del mismo y que sus almas están hermanadas.
Por otro lado son explícitos sus temores acerca
del mal uso de la inteligencia artificial y de la posible creación de
seres perversos que atenten contra la humanidad.
A manera de conclusión, cabe enfatizar que Flores para un cyborg es una cruda y
potente reflexión sobre el Chile de la postdictadura, con todas sus fisuras, promesas
incumplidas y sueños derrumbados. En medio de una cultura neoliberal donde la
posibilidad de hacer memoria es cada vez más compleja y difícil, el discurso de
la novela revela por un lado el rechazo a toda forma represiva de poder (“odio
concentrado contra el abuso de poder, el crimen, la tortura”) y por otro el
valor asignado a una conducta que enaltezca al ser humano y le otorgue dignidad
a su vida (como es el caso de los hombres “que no ceden un ápice en sus
convicciones ni en su ética”). En la escritura de Flores para un cyborg se evidencia que aún sigue persistiendo en el
discurso social la necesidad de elaborar el duelo y de no permitir que el
pasado se transforme en un compartimento vaciado. Es este estado de ánimo –oscilante entre la
frustración y la esperanza- el que gravita en el centro mismo de la
representación de Flores para un cyborg.
Y ha sido el género de la ciencia ficción, pero enriquecido, como se dijo
anteriormente, por la denuncia social y el relato de aventura, lo que ha
permitido cristalizar la compleja visión de mundo que la novela despliega.
Cristian Montes Capó
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