Para el otoño, con la ayuda del
helado viento, el pájaro se transformó en hoja. Por aburrimiento y cansancio la
hoja devino en saudade; la devoró un poeta y así se convirtió en literatura, y
después en libro. El libro llegó a las manos de un niño en una apartada región
del sur, donde reinaban los glaciares y los bosques interminables. El niño leyó
el libro, consumió el otoño bañado de hojas que volaron por sobre los árboles y
los glaciares, trocadas en bellos pájaros bermellón y azul eléctrico.
19 febrero, 2016
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3 comentarios:
Exlente descripcion de la mutacion constante... Saludos de Uruguay y gracias por compartir tu arte. Saludos
Gracias y otro abrazo para ti
AGradecido de tus palabras
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