La nube se reflejó en el charco y
este adoptó su caprichosa forma. Dentro del agua vivía una especie de crustáceo
ínfimo sobre el cual cayó un rayo gamma cuando la nube pasó de largo. El
crustáceo mutó y prosperó en su pequeño hábitat. La gran crecida del río lo
alcanzó y se produjo la propagación hacia el océano. Pasó el tiempo y la
genética hizo su trabajo. Al cabo de los siglos surgió una civilización
submarina muy pujante en las profundidades abisales. Ellos se encuentran
estudiando la forma de viajar a la superficie. En eso están las cosas.
11 mayo, 2016
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