Con el tiempo el
príncipe ha engordado debido a la gula, el alcoholismo y la fiesta permanente.
Ahora tiene una barriga gigantesca y una papada descomunal. Las piernas
raquíticas apenas son capaces de sostenerlo. Hipa constantemente producto de
una borrachera consuetudinaria. “Dios mío”, se dice con amargura la infanta,
“ha terminado por convertirse en un sapo, igual que al inicio”. Y concluye que
la historia es circular.
Del volumen de microrrelatos LAS NUEVAS HADAS, Simplemente Editores 2011
La ilustración es de la telentosa artista visual Luisa Rivera Heck,
La ilustración es de la telentosa artista visual Luisa Rivera Heck,
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