Los bombarderos cruzan el cielo
sobre el Palacio de la Moneda. Explosiones, llamas, humo, órdenes, ráfagas, botas
contra el pavimento, temibles helicópteros. La tónica de aquellos días amargos
y terribles convirtiéndose en impronta. Combatientes épicos disparando los
últimos cartuchos para defender al Gobierno Popular. La represión científica,
sistemática, destinada a descabezar la organización del pueblo. Los torturadores
uniformados y sus métodos aprendidos en las escuelas internacionales. Las
primeras reuniones clandestinas por donde trata de asomar la esperanza. La
larga lucha para regresar la democracia, camino plagado de héroes. Las
transacciones y los pactos para entregar los emblemas del poder. El acomodo, el
olvido y la gradual renuncia a los principios. Así han pasado los años,
Salvador: ya suman cuarenta y dos.
11 septiembre, 2015
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