El hombre se cubrió completamente
con papelitos amarillos engomados sobre los cuales escribió múltiples deberes.
Así lo encontraron, frente al escritorio donde reposaba su computador, todo
cubierto con urgentes notas doradas. Lo pusieron en un ataúd que pronto estuvo
empapelado con despedidas emotivas. En su tumba suelen dejarle flores de papel
áureas, de las que emanan fragancias en forma de palabras.
09 septiembre, 2015
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