La
libélula azul eléctrico destelló con la
luz del sol ardiente y se extasió ante la vista del océano infinito. Decidió
que esa laguna gigante debiera ser el lugar de nacimiento de sus larvas. Quiso
depositar allí sus huevos. Trataba de acercarse a la superficie, pero el oleaje
furioso se lo impedía. Al fin una espumosa ola la envolvió en su manto. El agua
salada la devoró, arrastrándola hacia las profundidades. Jamás emergió. De ese modo el mar digirió su sueño para
preservarlo en esta historia.
01 marzo, 2015
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario