De nuevo la idiotez del Día del
Zombie. Me tienen hasta la tusa. Los ametrallo sin piedad con mi AK-30. Caen,
pero vuelven a levantarse caminando grotescamente. Disparo de nuevo, pero cada
vez llegan más. Caen muchos, pero vienen más. Me atrinchero en esta armería,
totalmente solo. Estoy rodeado por millones de esperpentos. Les vuelo la cabeza
a cien y aparece un millar más. Estoy perdido. En algún momento se acabará la
munición o me quedaré dormido. Dejo esta historia como testimonio, ojalá
alguien que no sea zombie pueda leerla.
* Esta historia creo que me fue inspirada por PENTA SQM CAVAL
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