La jirafa acudió al muro de los lamentos y se
unió al hombre que estaba allí. Descendió un alienígena de su nave espacial y
se allegó a los dolientes. Resucitaron Cristo, el Tiranosaurio Rex, Moby Dick y
Artajerjes y fueron a desplegar sus quejas con ahínco. Llamaron al Eslabón
Perdido y a unos seres del futuro: acudieron. En breve plazo, ante la muralla
se constituyó una multitud quejosa, suplicante, como nunca se vio antes, y como
jamás habrá de verse. No sirvió para nada. Se fueron agotando. Uno a uno, los
emisores de lamentos se fueron retirando. Solo el hombre se quedó ahí.
Persistió. No se me ocurre el significado de esta historia.
01 abril, 2015
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