La hormiga atómica transforma la
radiación en cielo azul, la sombra en destellos, el dolor en fortaleza.
Asciende la montaña inaccesible animada por sus sueños y su fe enorme, porque
sabe que al final vendrá algo bueno. Convierte la saudade en aire para sus
pulmones ahogados, la angustia en manantial de imaginación, la incertidumbre en
lucidez. Destruye la rabia para transmutarla en solidaridad y en pena. A
puñetazos revienta la oscuridad para tornarla
en luz, luz, brillante luz que ilumine su camino.
27 diciembre, 2013
15 diciembre, 2013
Lengua de origami
Poseía la habilidad de dibujar figuras
plegando la lengua de un modo inconcebible. Por ejemplo, podía formar un rosado
flamenco batiendo sus alas. Increíble. Un rinoceronte blanco pastando en la
llanura atento a cualquier presencia peligrosa. La catedral de Rouen al
atardecer, el amanecer y medio día en cualquier estación que escogiera su
interlocutor. Un computador donde podías escribir mensajes a tus amigos por
todo el mundo. O hasta este microcuento que lees ahora, incrédulo lector.
10 diciembre, 2013
Soberbia 2
Bella, arrogante, se consideraba
muy viva. Así era ella. Se creía la muerte.
Sin embargo, cuando la enterré, dejó
de sonreír. Le faltó confianza.
30 noviembre, 2013
22 noviembre, 2013
Caballeros y dragones: la verdadera historia
Érase un dragón cuya fama
consistía en cazar a los armados caballeros que pretendían acabar con su
especie. Naturalmente, se trataba de un dragón muy gallardo y poderoso,
invulnerable para las armas de acero de los humanos. Coleccionaba las cabezas
de los desgraciados combatientes y las acomodaba sobre un mesón enorme. Allí se
equilibraban torres de cráneos con sus respectivos yelmos. Con el tiempo, los
caballeros fueron exterminados y se inició el reino de los dragones, que tras
unas décadas acabaron por devorar al último humano. Ahora apenas quedan algunos
vestigios de su civilización, a punto de ser olvidad. Esta crónica se escribe para eterna gloria de
nuestra imperecedera raza de dragones.
16 noviembre, 2013
Tzanza 1
Aquel señor tenía cabeza de
tzanza. Difícil de creer, pensará usted, pero así era. En todos los demás
aspectos era completamente normal, excepto de la cerviz hacia arriba. Sobre el
albo cuello de la camisa se instalaba aquella versión jibarizada de una cabeza
humana, pequeña, ridícula y grotesca. Imposible de disfrazar… o disimular.
Tenía los ojos entrecerrados,
como si habitara un sueño grato. Gruesos labios, pelo tieso y oscuro.
Me examinó desafiante. Sostuve su
mirada. Los labios de la tzanza se estremecieron. Pensé que iba a dirigirme la
palabra para maldecirme o predecir el futuro. Algo dijo, pero me resultó
ininteligible. Se fue con gran priesa y desapareció entre los miles, millones
de ciudadanos que recorren la ciudad en todas direcciones. El refugio perfecto.
08 noviembre, 2013
La maniquí
El día está precioso. Tras
calzarte un vestido breve, te bajo al jardín. De pie te coloco junto a la
fuente de agua en perpetua circulación. Tu mirada de niña luce un poco triste.
Hago que mires hacia un punto indefinido del horizonte. Las horas transcurren
en armonía.
01 noviembre, 2013
Halloween
Se desnuda y coloca una lechuza
sobre su cabeza. Tan hermosa es, que aún así, y cubierta de escamas, resulta
electrizante. No me disuaden ni los arácnidos que caminan sobre su piel fría,
ni las uñas filosas como cuchillos, ni la mirada cargada de fuego que ahora me
dirige. Camino hacia ella, a sabiendas del final.
26 octubre, 2013
Transiciónsauria
Cuando el presidente encargado de hacer la transición despertó, el tiranosaurio
todavía estaba allí.
18 octubre, 2013
Aquí llueve
Dentro de mi pieza llueve copiosamente. En
cambio, afuera brillan el sol y un cielo azul. Acá hasta rayos caen, granizo,
nieve, gruesos goterones. Un auténtico vendaval.
Tal vez aquí reine el clima de otra ciudad.
Quisiera saber cuál para informarme acerca de los pronósticos.
12 octubre, 2013
Encuentro poético
El poeta estaba en su refugio subterráneo, solo,
bebiendo un vino también solitario. El sitio apenas justificaba llamarlo
taberna y apestaba a humedad, tabaco y alcohol derramado. Me senté junto a él,
sin dirigirle la palabra, y me lo agradeció con un suave asentimiento. Largo
rato bebimos a ritmos dispares, sin separar los labios para otra tarea que
consumir licor en tragos rápidos y urgentes. Así pasó mucho tiempo, pero no sé
cuánto. No vino nadie. Finalmente él decidió irse, pero antes ejecutó una
reverencia. Me quedé esperándolo, todavía no vuelve.
05 octubre, 2013
El muro de los lamentos
La jirafa acudió al muro de los lamentos y se
unió al hombre que estaba allí. Descendió un alienígena de su nave espacial y
se allegó a los dolientes. Resucitaron Cristo, el Tiranosaurio Rex, Moby Dick y
Artajerjes y fueron a desplegar sus quejas con ahínco. Llamaron al Eslabón
Perdido y a unos seres del futuro: acudieron. En breve plazo, ante la muralla
se constituyó una multitud quejosa, suplicante, como nunca se vio antes, y como
jamás habrá de verse. No sirvió para nada. Se fueron agotando. Uno a uno, los
emisores de lamentos se fueron retirando. Solo el hombre se quedó ahí.
Persistió. No se me ocurre el significado de esta historia.
28 septiembre, 2013
La era de lo desechable
Desechó a Bárbara por mala de la cabeza, eso dijo, que tenía
una teja corrida y se dedicaba por entero a vigilarlo. Lo que no contó fue que
ya tenía otra novia: Rebeca. A Rebeca a poco andar se le declaró una sicosis
severa: en cualquier mujer veía una eventual competidora. Eso acabó por pudrirlo y
la abandonó de un día para otro. Lo que no contó es que ya tenía una nueva
pareja: Antonia. Ella era una actriz famosa, muy bella. Tras unos meses de vida
feliz en común, se entregó a la bebida sin restricciones. Alcoholizada
totalmente, consumía varios litros de alcohol en una jornada y en el paroxismo
de la borrachera siempre lo increpaba por insensible. Como usted ya podrá
suponer, Antonia fue despachada sin mayor trámite. Y él ya se había agenciado a Eleonora, una
profesora muy bella. Vea usted como termina esta historia.
21 septiembre, 2013
Insectalismo 1
Yonny
abrazó con pasión la causa del insectalismo. Según su ideario, ni siquiera los
entomólogos podían sentirse autorizados para –en nombre de la ciencia- disecar
especímenes. Aseguraba a sus camaradas que toda especie de insecto estaba
amenazada por el espectro de la extinción; con ella vendría el holocausto del
planeta y de la humanidad toda.
Arrastrado
por su idealismo extremo, dinamitó la sede donde se llevaba a cabo el Congreso
Internacional de Entomología. En la horrenda explosión murieron centenares de
científicos, periodistas, autoridades y empleados.
Una vez
apresado, Yonny declaró que la salvación de la Tierra bien valía la vida de
unos pocos. Que en el futuro se entendería la razón de su sacrificio y que
millones seguirían la senda señalada.
Fue
ejecutado sin apelación a pocos días del desastre. No fue el final del asunto,
por cierto. Así se dan las cosas, con arreglo a las incontrarrestables normas
que rigen nuestros actos.
13 septiembre, 2013
Mascota caprichosa
El
perro se sentó en el sillón y encendió un habano perfumado, mientras el humano
acarreaba las pantuflas para depositarlas con humildad a sus patas. El humano
lamió la pata delantera que le extendió, condescendiente, el can. Miró las
noticias consumiendo el cigarro a grandes bocanadas. Cuando le dio apetito, se
encaminó a la mesa para ocupar la cabecera. El humano ya tenía dispuesto un
banquete para emperadores. El perro fue zampándose los manjares uno tras otro, con eficacia
sorprendente. Cuando hubo terminado, emitió un eructo con trazas de ladrido;
luego partió a ocupar la cama que había sido del humano. Se durmió pronto.
Soñó, complacido, que su sirviente lavaba y ordenaba la loza, y que además
velaba su descanso.
07 septiembre, 2013
Antiutopía 1
El ácaro
mutante entró por su oído mientras D dormía, perforó el tímpano para abrirse
paso al cerebro. D aulló de dolor y saltó de la cama, desesperado. La molestia
pasó pero dejó su huella. D se acostó, inquieto. El ácaro inició su avance; con
sus quijadas filosas cortaba e iba devorando la materia gris. D había caído a
un pozo de sueños negros y profundos, sin escapatoria. Sus recuerdos se iban
borrando a medida que el ácaro realizaba su labor devastadora. Cuando al día
siguiente D abrió los ojos, el trabajo estaba hecho y el objetivo cumplido. Se
iniciaba una nueva era.
31 agosto, 2013
Cuarenta años de egreso del Instituto Nacional, en su bicentenario
Queridos compañeros
del 4º. D, promoción 1973 del Instituto Nacional:
Cuarenta
años no es nada, eso es lo que venimos a testimoniar aquí, al reunirnos una vez
más, como ya es costumbre, tal como hicimos tanto tiempo atrás, a las ocho en
punto de la mañana, para ingresar por la puerta de San Diego tratando de
disimular el largo infractor del cabello con toda clase de artimañas, en las
que Sescovich descollaba muy por lejos. Algunos llegaban mucho más temprano,
una hora antes de la campanada fatal, como Flores, a quien jamás logré superar
en lo madrugador, aun cuando me lo propuse. Otros llegaban a la interrogación
matutina de francés con don Osvaldo Arenas, que parecía dormir en el Instituto,
como si jamás lo abandonara. Pienso que así era: que jamás abandonó ese
edificio maravilloso que nos acogió con cariño y sobriedad, con exigencia y con
luz, para configurar algunos de los mejores momentos de nuestras vidas. Jamás
se deja de ser institutano, y esa es una bendición. Yo imagino que don Osvaldo
Arenas y don Ignacio Guzmán caminan por las noches en los corredores que nos
acogieron, murmurando lecciones de sabiduría eterna.
En una entidad con tanta historia y
tanto prestigio como el Instituto Nacional, uno solo puede aprender. Aprender
de los profesores, del ambiente que se respira, de tus compañeros, de los demás
estudiantes. Saber que uno se encuentra entre los mejores es muy estimulante,
porque te conduce a no conformarte con lo que te entregan en clases, a ir mucho
más allá de los planes y programas de
enseñanza. Compartir tus impresiones sobre un libro o una película con gente
ansiosa por saber más es una fuente maravillosa e inagotable. Yo aprendí mucho
de ustedes, no solamente de nuestros profesores. Y se los agradezco
infinitamente. Es más, sigo haciéndolo.
Pero
hablemos de nuestros maestros, sobre algunos de ellos. Inolvidables, destinados
a transformarse en leyenda. Primero entre los primeros, don Osvaldo Arenas, el
querido “Chancho Arenas”, denominado así por su condición gruesa y redonda, sus
pequeños y vivos ojos de marrano al fondo de los anteojos, los mofletes
abundantes. Nos prodigaba coscachos –ora imaginarios, leves como caricias, ora dolorosos
y bien reales- mientras nos motejaba de “jetoncitos” con evidente picardía.
Mucho más allá de su condición de profesor de francés, nos enseñó lecciones de
vida, tolerancia, esfuerzo, persistencia, humanidad. El francés seguramente lo
habremos ido perdiendo en este mundo dominado por la lengua sajona, idioma de
los negocios y los grandes imperios; pero esas otras lecciones se han asentado definitivamente
en nuestras almas: trabajo, estudio, pensamiento, solidaridad, libertad. Me encantaba
verlo con su traje café aquellas mañanas cuando nos citaba de alba para
tomarnos la lección oral de francés. No dejaba de asombrarme la entrega de un
hombre que cargaba ya un saco de años, ese compromiso que conducía a estar allí
a esa hora, haciendo algo que nadie le exigía, menos aún, nadie le pagaba, ni
le reconocía en aquel momento. Después, ahora, podemos darnos cuenta de lo que
hizo con nosotros. Es una lección moral tremenda e inolvidable: hacer por amor
algo sin esperar otra recompensa distinta al hecho mismo de prodigarse al otro.
Si
pudiéramos clonar a mil hombres como Osvaldo Arenas, el mundo sería otro, muy
diferente. Distinto y maravilloso. O clonar a un maestro tan imponente como don
Ignacio Guzmán, el temible “Perro Guzmán”. Hay muchas formas de grabar una
impronta indeleble en la semilla fértil que representa un joven estudiante.
Todavía recuerdo como si hubiera
sido ayer el primer día de clases con Ignacio Guzmán. Entró a nuestra sala –por
única vez- con esa forma de caminar tan suya, una especie de bamboleo elegante, majestuoso y proboscídeo, vestido
con riguroso traje gris y corbata, y coronado por esa faz de bull-dog de
ojillos vivaces y feroces. ¿Cómo adivinar que tras esa apariencia terrorífica
se ocultaba un ser de inmensa bondad? Eso era difícil de adivinar. Eso lo
supimos mucho después. Sus hijos lo adoraban, jamás los castigó ni les tocó un pelo; no obstante lo respetaban por esa especie de
aureola de poder que circulaba en torno suyo.
No había posibilidad de
distraerse un segundo en sus clases, realizadas en su propia sala; nosotros
teníamos que desplazarnos hacia allá, con los pies pesados, inquietos, trémulos,
como si nos dirigiéramos a una jornada de trabajos forzados. Si te distraías
perdías tiempo valioso para resolver los dilemas que nos planteaba, el
argumento que le permitía recorrer, fila por fila, el curso completo a la caza
de una respuesta imposible. Así desarrolló el ingenio de los sobrevivientes y
alimentó las peores pesadillas de Zipper, que prefería desaparecer de sus
clases para evitar el extremo sufrimiento sicológico que le representaban. No
era el único que sufría nuestro compañero. Todos lo hacíamos. También otros
institutanos.
Oscar Castro, gran actor y
director del mítico grupo de teatro Aleph, cuyo excelente trabajo dramático se
desarrolló en el exilio, cuenta en una entrevista como lo afectó la impronta
del Perro Guzmán. Tanto fue el impacto de una de sus preguntas “Cuántas ruedas
tiene un trineo”, que tituló así una de las primeras obras de la compañía.
Si no me tergiverso mis
recuerdos, fue a Fuchs que le preguntó de zopetón: “Dime tú, por quéee los
trineos no se tiran con elefantes, en vez de perros”. No es fácil contestar a
esa pregunta, pero más difícil es acallar a nuestro simpático y entusiasta
amigo. Esto lograba el Perro con sus preguntas inolvidables. Después supimos
que aplicaba el método socrático; nada era casual. Se trataba de una argucia,
un elemento destinado a fraguarnos en la búsqueda de la verdad.
Tras el silencio de Fuchs, el
Perro dijo, “el de máaas adelaaante” y así habrá recorrido el curso completo
llenando de unos imaginarios el libro de clases. SI hubiera puesto de verdad
esos unos, jamás habría pasado de curso nadie. Unos pases mágicos bastaban para
arreglar las notas, sin generosidad por cierto, y pasábamos jabonados al
siguiente semestre.
No quiero ni puedo, por razones de tiempo,
hacer una revisión concienzuda del perfil de todos nuestros maestros, pero deseo
convocar a la antesala del recuerdo a Aníbal González, la “mosca”, que con sus
enormes anteojos de grueso marco nos paseó por los misterios más profundos del
álgebra. Cuando descubrió, estupefacto, nuestra supina ignorancia acerca del
dominio de la geometría euclidiana –inevitable materia de la Prueba de Aptitud
Académica- comenzó a hacernos clases especiales, fuera de programa y de
horario. Allí se daba el lujo de oponernos el desafío para demostrar sesudos
teoremas, algo que nos parecía, al comienzo, misión imposible. De a poco,
fuimos adentrándonos en su lógica. Gallardo demostró, en su estilo volado, una
enorme capacidad de abstracción y creatividad. Ruz desplegó notables y envidiables
habilidades para resolver esa clase de dilemas, frente a los cuales la solución
de un problema de la PAA se convertía en un juego de niños.
Justamente, el once de
septiembre, nos encontró en clases con Aníbal González. Quedamos estupefactos
ante el anuncio de lo que estaba aconteciendo en nuestro país. Intuí, ya estaba
en el ambiente, que iba a ser un trauma mayor que dejaría honda y terrible
huella en la historia de Chile. Así fue, por desgracia. Es un hecho que la
dictadura militar llevó a cabo crímenes inaceptables, tortura, desapariciones,
exilios, persecución, cesantía, censura. Estos actos no los considero
susceptibles de justificación, ni en Chile ni en ninguna parte, ni en nombre de
dioses, ni partidos, ni reyes, ni causas nobles o justas, y menos de la patria.
Espero que nunca más ocurra algo así en nuestro país.
Soy un hombre de izquierda desde
aquella lejana época, ustedes lo saben, así como también soy un institutano,
ingeniero, demócrata cabal, padre, pequeño empresario y sobre todo escritor de
novelas y cuentos, que es la más grande pasión de mi vida.
Lo que viene en seguida, ya lo
dije antes en un artículo escrito a propósito de la honda impresión que me
produjeron los jóvenes que corrían alrededor del palacio presidencial con el
lema EDUCACIÓN PÚBLICA GRATUITA Y DE CALIDAD, pero creo que merece repetirse.
“¿Por qué quise estudiar allí?, me pregunto hoy, cuando vengo recién
volviendo de una visita al Instituto –la friolera de cuarenta años después que
di mis primeros trancos en sus pasillos, en marzo de 1971- ahora en toma por
los estudiantes que exigen educación pública gratuita. Y lo que viene a mi
memoria me estremece. Yo quería estudiar allí para servir mejor a mi patria.
Ansiaba convertirme en un profesional o un científico que contribuyera a que mi
país fuera más grande, justo, culto, rico y solidario. Lo que más yo ansiaba a
los catorce años es que Chile fuera un lugar maravilloso… en el lejano año
2000. Y entendía que aquella quimera era una tarea que requería del empeño de
miles, de millones”.
“Miro a mi país y el único deseo que se ha cumplido es el de una nación
con más riquezas. En las demás categorías, por desgracia, hay que reconocerlo,
hemos descendido. La riqueza está en manos de unos pocos; la competencia
sustituyó a la solidaridad; la farándula desplaza a la cultura, en fin, sigue
habiendo mucho por hacer”.
Lo que creo en el fondo de mi
corazón y mi entendimiento, es que más allá de cualquier legítima y bendita diferencia
que tengamos, es que creemos que la formación que recibimos en el Instituto
Nacional nos hizo mejores personas. Eso lo merecen todos los jóvenes chilenos.
Eso es lo que hará nuestra patria más grande y más bella: la igualdad de
oportunidades desde la base fundamental, que es la educación.
“Labor omnia vincit”, queridos
compañeros. Ese lema murmuran esos maravillosos fantasmas que recorren los
pasillos de nuestro colegio republicano, nacido junto con la independencia, por
obra y gracia de ella, como uno de sus actos fundacionales: crear el primer
foco de luz de la nación. Se lo debemos a nuestros padres y a nuestros
maestros. En este singular aniversario, cuando nuestro querido colegio cumple
dos siglos de vida, me permito augurar tiempos mejores, grandes y enormes
esperanzas. Que la cultura, la humanidad, el pensamiento, la tolerancia, la
libertad –los bienes más importantes, aquellos que nos hacen realmente humanos-
prosperen en nuestra patria y se derramen sobre cada ciudadano, sin distingos
ni mezquindades, así como el sol que nos acaricia cada mañana que la vida nos
regala. Un gran abrazo para ustedes, lo digo con toda mi alma, desde el fondo
de este corazón viejo con tanta historia, aunque pleno de jóvenes esperanzas de
un mundo mejor. Cuarenta años no es nada, de eso estoy seguro.
Diego Muñoz Valenzuela, 24 de agosto de
2013
discurso pronunciado en nuestra celebración anual del 4o. D, promoción 1973
24 agosto, 2013
Ángeles por ahí
Vi al ángel
caminando por la calle. Lo seguí, porque me pareció una oportunidad única. Dobló
en una esquina muy oscura. Eché a correr tras él y desde entonces vivo en este
mundo donde no hay nadie como yo, solo seres alados y celestiales.
17 agosto, 2013
Equilibrio
Sobre la
espalda del mono de cola larga, un chivo parado en dos patas. En su cabeza, un
soberbio gallo cantando. Al frente suyo una mujer danza. Yo miro, hago el
registro. Soy invisible.
10 agosto, 2013
Intertextual demente
A) Santiago Nazar
B) Ulises u Odiseo
C) Augusto Monterroso
D) Gregorio Samsa
E) Todos nosotros
02 agosto, 2013
Enemigo en casa
Cuando entro a mi casa, lo primero que veo es el muñeco
despaturrado sobre el sillón del estar, con elegante traje y corbata,
traspasado de alfileres de puntas perladas y redondas. Aún así como está,
clavado y carente de vida, me observa con su mirada muerta. Entonces siento las
puntadas, aúllo de dolor, pero mi voz no alcanza a salir de su fosa negra y
profunda.
27 julio, 2013
Sorpresas en casa
Ve que la habitación de su alcoba
está prendida y eso lo intranquiliza, porque vive solo. Cabe la posibilidad de
que haya olvidado apagar la luz. Con cautela abre la doble chapa de la puerta y
pone atención. Solo escucha un ominoso silencio. Sin cerrar la entrada, camina
con lentitud hacia el dormitorio. La luz lo enceguece por un instante. Cuando
logra ver, descubre miles de ojos por todas partes: colgando del techo,
cubriendo la cama, instalados en el velador, las paredes, los cuadros. Blancos,
esféricos, clavándole sus pupilas con calculada fijeza, como si esperaran la
respuesta a una pregunta formulada hace mucho tiempo. Quizás la he olvidado,
murmura. Piensa en escapar, pero no puede moverse. Siente que la puerta se
cierra con llave. Los ojos parpadean intermitentemente, sin dejar de
observarlo. Ha leído esta historia, pero no recuerda el final.
21 julio, 2013
Crónicas singulares
Del huevo salió un cangrejo pequeño
que corrió hacia el mar como si siempre hubiera sabido que estaba allí. Se
sumergió y devoró una gran cantidad de plancton que lo hizo crecer tan
desmesuradamente que estalló. De su
vientre emergió un roedor que moviendo a todo dar sus patas logró llegar a la
orilla e internarse en la espesura. Lo atrapó un mago de feria y lo entrenó
para su espectáculo. Con el tiempo, el roedor no solo engordó, sino que
aprendió a hablar. Nadie creyó esto y se suponía que el mago era, además, ventrílocuo. De todas maneras, el mago enriqueció. El roedor
recibía un salario de alimento y nada más. Una noche, se introdujo por la boca
del mago y devoró su cerebro. Así tomó el control de su cuerpo, viviendo en su
interior y utilizándolo como marioneta. En un viaje al África, un cocodrilo devoró
al mago. Unos días después, puso un huevo, ahí termina esta historia. O comienza.
Qué sé yo. Usted está leyendo.
13 julio, 2013
Extravíos graves 2
06 julio, 2013
Extravíos graves 1
Perdí mi alma en los burdeles.
Hay quienes han perdido otras pertenencias allí; conozco a un poeta que perdió
su juventud allí. Uno cree que ciertas cosas le pertenecen, pero no es así, y
es doloroso comprobarlo. Ya le ofrecido dos buenos ejemplos, no requiero
argumentar más.
Una noche perdí mi alma. Ni
siquiera recuerdo en qué lenocinio la habré extraviado, porque recorrimos
varios. Se habrá quedado por allí, medrando, oculta en un ropero desvencijado y
maloliente, adicta al voyeurismo.
Quizás dónde andará ahora mi
frágil alma, como una helada voluta de humo, disfrutando la carcajada falsa de
las prostitutas, su temeraria forma de enfrentar al mundo, con la alegría
dibujada en el rostro a fuerza de trazo de maquillaje.
29 junio, 2013
Sorpresas te da la vida
Delgada, de piel alba y piernas infinitas.
Sus ojos profundos me cautivan al instante. Siento que puedo hundirme en esa
mirada y disolverme en la nada. Basta que sacuda sus largas pestañas para
enloquecerme. Caigo de rodillas, prosternado, y me aferro a sus piernas
demasiado huesudas. Su falda se entreabre para revelar la realidad. Entonces
oigo el acero cortando el aire y alcanzo a percibir la refulgencia de la
guadaña. Debí adivinarlo…
22 junio, 2013
Voyeur fracasado
En sus bellísimos senos, en lugar
de pezones, tiene un par de ojos cautivadores que me observan con fijeza. Esto
logra inhibirme. Apenas puedo verla con el rabillo del ojo unos instantes.
Resulta imposible sostener esa mirada.
15 junio, 2013
Ángel para un final
El maldito ángel tenía los ojos
pintados, usaba pestañas postizas y estaba plagado de piercings por todas
partes: orejas, mejillas, cejas, nariz, hasta del cuello le colgaban varios.
Tenía el pelo largo y teñido de rosado. Me sonreía con presunta beatitud. Abrió
sus alas blancas y me dejó ver su cuerpo lampiño, con su pequeño sexo de Cupido
entre las piernas.
-Vengo a buscarte –dijo con voz
de afeminado-. Te ves sorprendido. ¡A que esperabas a otro!
-Al demonio esperaba, cabrón
–respondí furioso-. No quiero partir a un cielo plagado de maricones.
-Bueno, no puedo obligarte. Ya te
arrepentirás, estoy seguro de que vas a arrepentirte –hizo un gesto de diva a
título de desprecio y se esfumó.
Me quedé solo, ahí, pensando en
lo que vendría.
08 junio, 2013
02 junio, 2013
Riesgos de la desmemoria
26 mayo, 2013
El Cyborg llegó a Italia

Flores para un cyborg fue publicada en
1997 por Mondadori, después que en 1996 ganara el Premio a la mejor novela
inédita (Premio Mejores Obras Literarias) que concede anualmente el Consejo
Nacional del Libro, reconocido como el más importante en Chile. La novela marca
un momento especial: el retorno de la ciencia ficción a la escena literaria
nacional después de un largo silencio de casi tres décadas.
En Flores
para un Cyborg se combinan elementos de la ciencia ficción, el género negro
y la novela social moderna. Una trama delirante conduce a un androide a
trasponer el límite que separa a máquinas y humanos, haciendo realidad el sueño
de la inteligencia artificial.
En la fotografía, de izquierda a derecha: Roberto Brodsky, Pablo Simonetti, Danilo Manera y Diego Muñoz Valenzuela en una mesa redonda sobre narrativa chilena actual efectuada el Salón del Libro.
Tom, el cyborg, es construido por Rubén, un
científico que aprovecha el exilio para hacer un doctorado en robótica. Rubén
diseña a Tom para contradecir las limitaciones de sus obtusos profesores y para
superar la soledad que siente lejos de su patria. Terminada la dictadura de
turno en su país, retorna con el cyborg, cuya existencia es mantenida en secreto
gracias a su aspecto y comportamiento humanos.
El regreso será una prueba de fuego no sólo para
esta dupla, sino para todos quienes los rodean. En la tierra de Rubén
sobreviven las heridas de una larga represión. Los antiguos torturadores son
prósperos hombres de negocios, el narcotráfico y la corrupción prosperan y los
políticos –carentes de convicciones- se preocupan sólo de su bienestar.

En 2003 Flores para un cyborg fue reeditada en
Chile por RIL. En 2008 fue editada en España por EDA Libros. Vuelve a ser
reeditada en Chile en 2011 por Simplemente Editores, junto con la primera
edición de la novela que continúa la saga: Las
criaturas del cyborg. Ahora llega a Italia gracias a Atmosphere Libri.
19 mayo, 2013
Pesadilla con SS
El tipo tenía rostro duro y frío.
Vestía de negro, como un cuervo maligno.
-Arben eitel, mein stumpführer
-vociferó indicando en una dirección que yo no quería tomar.
Rehusé moviendo la cabeza hacia
los lados.
-Ander arben eiten, jude! –aulló
fuera de sí
Me sobrevino un fulminante ataque
de risa.
-Arbeit macht frei, jude!
–amenazó con golpearme y me puse en frente suyo, desafiante.
Extrajo de su bolsillo una legra
Luger con la clara intención de emplearla. Le apliqué una lleve de judo y un
golpe de karate para desarmarlo. Le metí el cañón de la pistola por el culo.
Quedó llorando, solo y desconsolado. Nunca me han gustado los cobardes.
07 mayo, 2013
26 abril, 2013
Transporte cotidiano
El tren subterráneo es un
instrumento de tortura perfecto y deliberado en todos sus aspectos. Por las
mañanas inicia brutalmente al ciudadano en los afanes cotidianos: empujones,
asfixia, codazos, hedores y otras experiencias ingratas. Apenas, exhausto,
comprimido, el ciudadano logra salir a último momento en la estación más
cercana a su trabajo. Tras soportar la agotadora jornada –exprimido y transformado
en rugoso limón reseco- sale corriendo como escupo para regresar al oprobioso
sistema de transporte. Ingresa, tras larga espera, al sexto carro a fuerza de empellones.
Soporta manoseos y hurtos, alientos nauseabundos, conversaciones idiotas.
Cuando al fin, convertido en estropajo y a punto de fenecer, consigue salir del
tren para caminar, cabizbajo, de regreso a su casa, desprovistos de sueños,
anhelos, amores y –sobre todo- de esperanzas.
20 abril, 2013
Crisis mundiales
18 abril, 2013
Una propuesta cultural: deuda pendiente con el futuro y con el país
Cultura y desarrollo:
un vínculo potente
Cuando en los discursos políticos
que forman parte de la campaña electoral de fines de año, campean conceptos
como equidad (como opuesto a desigualdad) y crecimiento (entendido como
desarrollo económico), algunos echamos de menos –una vez más, tal vez con pertinaz
ingenuidad- alguna mención a la palabra cultura.
Nadie podría desconocer la
necesidad de seguir creciendo en términos macroeconómicos –ergo, que aumente el
Producto Geográfico Bruto- y que en su ascenso, ojalá vertiginoso, arrastre el
Ingreso Per Cápita a niveles envidiables dentro de América Latina. No obstante,
bien sabemos que la desigualdad en la distribución de la riqueza es un fantasma
que empaña esta fiesta del crecimiento.
De otra parte, sabemos también
que reestructurar el sistema educacional, tanto para generar bases de equidad y
desarrollar al máximo a todos nuestros jóvenes (no solo los de los grupos
privilegiados por el reparto de la riqueza), es una tarea clave para cualquier
gobierno.
No obstante, no se habla de la
imperiosa necesidad de elevar nuestros niveles culturales, porque de ellos
dependen –ni más, ni menos- nuestros niveles de conciencia, comprensión del
mundo, autonomía intelectual, creatividad, iniciativa, participación y
organización social, por mencionar solo algunas de las dimensiones más
importantes.
El crecimiento económico está
también ligado al nivel de conocimiento y raciocinio de las personas, no solo a
factores financieros, estratégicos o de emprendimiento. La cultura, la
imaginación, el dominio del lenguaje, la sensibilidad hacia el arte son elementos
claves para reemprender una sólida marcha hacia el objetivo de convertirnos en
un país desarrollado.
Qué hacer en materia
cultural
En los gobiernos democráticos
iniciados en 1990, se estableció una superestructura cultural caracterizada en
esencia por una política asistencialista: la distribución de recursos públicos
mediante concursos de proyectos, donde actúan como evaluadores especialistas de
diversas áreas. Esta política convive con la cuasi renuncia del Estado a ejercer
algún rol directo en materia de acción cultural, con muy pocas excepciones.
Este último punto es el que me motiva a escribir estas líneas, porque tal
omisión me parece que daña de modo severo el desarrollo cultural de Chile en
los términos antes señalados.
Esta omisión o renuncia a tener
un protagonismo cultural, ha llevado, por ejemplo, a la desaparición de La
Nación; y antes de la Época o el Fortín Mapocho, baluartes periodísticos en la
lucha anti dictatorial y en el ejercicio concreto de la libertad de expresión.
De este modo, quedamos sometidos al imperio de los monopolios de la
información, que actúan en todos los ámbitos de los medios de comunicación.
¿Cómo puede el Estado chileno contribuir a que la libertad de prensa sea una
realidad en Chile? Eso me gustaría escuchar que un candidato lo propugnara como
parte de su campaña.
Habría que preguntarse para qué
tenemos un canal nacional de televisión que en nada se distingue de los demás
canales: ni los contenidos que transmite (muy degradados en su mayoría,
infectados por la farándula y la superficialidad), ni en la pluralidad real de
los puntos de vista (son siempre más o menos los mismos los que actúan en el
núcleo de las pantallas). Para qué seguir. Lo que necesitamos es un canal
nacional sin publicidad, eminentemente cultural, pluralista, informativo. Que
las principales universidades que merecen el nombre de tales, vuelvan a tener
canales de televisión. Me gustaría escuchar un candidato que propusiera esto.
¿Por qué no podríamos tener una
Editorial del Estado que permita llevar libros de bajo costo y alta calidad a
todos los rincones del país? La necesidad y pertinencia de los textos, la
calidad del material (contenido y forma), son variables que pueden ser
acordadas por especialistas en educación y en literatura. No es necesario crear
una estructura estatal enorme: la producción física podría externalizarse para
impulsar el sector editorial privado, acaso fuese la opción más
conveniente.
¿No podrían ser parte de los
programas educacionales de todas nuestras escuelas y liceos (y por qué no
también las universidades) las visitas de escritores a las aulas? ¿Quién puede
transmitir con más entusiasmo la pasión por el dominio del lenguaje que un
escritor? Esto ha sido demostrado en múltiples experiencias de contacto directo
entre jóvenes estudiantes y escritores. Previamente se motiva a los estudiantes
y profesores mediante una lectura pública. Después se trabaja con los
profesores para vincular la creación de un grupo de escritores a sus programas,
entregándoles materiales y guías de trabajo. LA visita del escritor al curso
para conversar en forma directa es el tercer paso. En muchos casos se han
realizado talleres de varios meses de duración con los estudiantes más
interesados y con habilidades para la escritura.
Asimismo, la eliminación del IVA
a los libros que actúen como vehículos de educación y difusión de la cultura y
el pensamiento, debiera formar parte de una estrategia integral de desarrollo
del país.
Podría agregar otras ideas a este
recuento, pero las enunciadas aquí aparecen como buenas y efectivas en términos
de su impacto potencial para el desarrollo del país. Aquí las dejo, por si
generan algún debate. Y sobre todo, por si alguno de los candidatos en campaña
quisiera recogerlas para su programa. Estoy cierto que muchos intelectuales y
artistas contribuirían con gusto a su implementación.
Diego
Muñoz Valenzuela, escritor. Ha
publicado tres novelas y ocho volúmenes de cuentos en Chile. También tiene
libros editados en España, Croacia e Italia.
Ha
sido incluido en antologías y muestras literarias publicadas en Chile y el
extranjero. Cuentos suyos han sido traducidos al croata, francés, italiano,
inglés y mapudungun. Distinguido en diversos certámenes literarios, entre ellos
el Premio Consejo Nacional del Libro en 1994 y 1996.
14 abril, 2013
Pajarilla de origami
Con tantos cuidados que pueden
llamarse amor de tan excelsos, fue plegando el papel con arte extinto hasta
formar la pajarilla perfecta, armoniosa, alba. Extasiado contempló la
perfección salida de sus manos y cayó de rodillas ante ella, como si fuera una
divinidad. Ella vio sus lágrimas, mas no fueron suficientes para retenerla en
esa tierra. Desplegó el vuelo y abandonó a su creador. En sus primeros aleteos
lo olvidó del todo, como si jamás hubiera existido.
06 abril, 2013
Xenofobia 1
Cada día vienen más extranjeros,
es una horrorosa verdad cotidiana. Quienes advertimos a tiempo el peligro, no
fuimos escuchados. Lamentable. Ahora solo resta quejarse.
Los marcianos apestan a una
mezcla de estiércol y amoniaco. ¡Qué decir cuando eructan! Y para empeorar las
cosas, suelen andar con sus famosas jaulas de iguanas para servirse un
bocadillo. Se las comen vivas, dentelladas furiosas; es un espectáculo
horrible.
Los venusinos son peores. Como
permanecen en estado de combustión, exhalan un pesado hedor a azufre. El
impacto equivale a sumergirse en una cloaca. Son agresivos, detestan a quienes
los observan; por eso me he ganado más de una quemadura severa.
A los marcianos basta con
envenenar a las iguanas, que son idiotas y tragan lo que sea.
A los venusinos hay que rociarlos
con espuma anti incendios bien helada y mueren por congelamiento. Luego los
golpeas, se trizan y estallan en mil pedazos.
Por las noches me consagro a la
noble tarea de exterminarlos. Aún no me descubren. Y voy ganando adeptos.
Espero mantener la suerte.
29 marzo, 2013
Los huevos del conejo
Cansado de tanta algarabía
consumista, al fin el conejo se rebeló. Fueron más de dos milenios de
servilismo. Estaba hasta los huevos. Bañó bombas de racimo y granadas en
chocolate y las envolvió en papel plateado de colores. Durante su noche partió
a repartirlas en bancos, centros comerciales, universidades privadas, iglesias,
fundaciones benéficas, medios de comunicación. A la mañana siguiente la ciudad
recibió la fecha sagrada con gigantescas explosiones. El conejo habló por
cadena nacional para anunciar un tiempo nuevo. De entrada, dejó claro que tenía
los huevos bien puestos.
24 marzo, 2013
Crónicas subterráneas 1
La vi en el tren subterráneo.
Llamaba la atención por el pelo teñido tan mal de rubio y la falta cortísima
para enseñar unos muslos granulosos y ásperos. Sus pies terminaban en unos
zapatos de taco muy alto, abiertos en la punta por donde trataban de escaparse
unos dedos largos y flacos, de uñas carmín. Fue un trayecto largo. Nunca dejó
de hablar por su teléfono portátil, un auténtico prodigio tecnológico. Llamó a una amiga para que la
fuera a ver a la casa. A la mamá para saber en qué iba la teleserie. A un
pretendiente para regañarlo por su silencio. A otra amiga para ir al cine. A un
compañero de trabajo para preguntarle qué estaba haciendo. A un tipo para
convenir a una cita. Hablaba en voz alta, como para que uno la escuchara.
Tampoco economizaba palabras. ¿Podría estar el silencio? Eso me pregunté.
¿Quedarse con ella misma? ¿Hablarse? Se bajó hablando, ya no pude saber con
quién. Cojeaba un poco el pie derecho. Quizás le dolían esos dedos
sobresalientes.
16 marzo, 2013
Departamento tomado
Los insectos se instalaron en la terraza de
su departamento sin tener en cuenta la voluntad de su dueño. Eran feos, alados,
armados con aguijones ponzoñosos y mandíbulas vigorosas. Su presencia lo
horrorizó y debió armarse de valor para enfrentarlos. Antes debía elaborar un
plan: procedió en consecuencia. Construyó un arma para atraparlos y
electrocutarlos uno por uno, o por grupos pequeños; una especie de raqueta
energizada. Resultó un método eficaz, muy satisfactorio para sus inclinaciones
sádicas. Los fue exterminando en rápidas incursiones, ataques inesperados
propios de la guerrilla, y así erosionó sus fuerzas. Igual los insectos se
defendían con ardor y trataban de atacarlo, sin éxito, para fortuna de él. Los
enemigos fueron menguando, aunque igual en ocasiones lograban traer refuerzos, Por fin
desaparecieron. Entonces el habitante del departamento comenzó a extrañarlos.
Su vida regresó al tedio cotidiano. Cada día vigila la terraza, esperanzado en
su retorno.
02 marzo, 2013
57 años después
Definitivamente me reconocieron.
Alcatraces, gaviotines, pilpilenes, zarapitos, cormoranes, gaviotas. Volaron
para mí, pescaron, flotaron en el viento del mar. Vinieron lobos marinos y
toninas. La arena negra me azotó el rostro y las piernas. Todo seguía en su
lugar, excepto yo.
Febrero 2013, Constitución
16 febrero, 2013
La piscina del vecino
El vecino de enfrente llegó hace menos de un
mes. Había hecho recomponer la casa y también la piscina del patio trasero.
Seguimos los detalles acuciosamente atisbando por encima de los muros. Es un tipo callado y tranquilo, de apariencia
muy pacífica. Ayer fuimos con mi hijo Emilio
a mirar por detrás y lo vimos nadando vigorosamente; no al vecino, sino
a su enorme mascota, una especie de morsa. So exclamó Emilio: ¡una morsa! No es
una morsa, establecí yo, sino un manatí. Emilio investigó en la red y
triunfante me anunció que no era un manatí, sino un dugongo, que son más
pequeños y proceden de Asia, no de América.
¿Para qué tendrá ese dugongo?, inquirió Emilio. No seas intruso, que eso
es feo., le respondí. Ahora no puedo dormirme pensando en el dugongo. Tal vez mañana me anime a preguntarle al
vecino. ¿No lo haría usted?
07 febrero, 2013
Enigma con escaleras
Bellas escalas de madera que van a ninguna parte,
sombreros hongo flotando, hombres viejos encaramados en zancos, telescopios,
conejos. Todo esto es tuyo, dice la ronca voz invisible, y estará en tus manos
si te acercas. Y hay cielo también, y sirenas y risas flotando en el aire; eso
lo digo yo.
30 enero, 2013
El pelmazo
Lo levanté del piso y lo puse sobre la palma
de mi mano. Le di unos golpecitos con el índice y se revolcó de dolor, lloró,
suplicó. Un espectáculo gracioso, entretenido. Exigí que cantara. Lo hizo. Y
que bailara. También lo hizo. Hasta desmayar de agotamiento. Arrojé un vaso de
agua fría sobre su cuerpo exánime. Despertó. Le pedí que cantara mis alabanzas.
Obedeció. Me aburrió su mojigatería. Lo trituré. Fue fácil. Era un pelmazo.
26 enero, 2013
Ficciones
No existo. Alguien me dibuja con palabras:
aspecto, ser, historia. Alguien lee ese texto. Ahora soy, hasta que ese lector
me olvide. Muero hasta que alguien vuelva a leerme.
19 enero, 2013
Llena de pájaros
Su mujer decía que tenía la cabeza llena de
pájaros. Su madre también lo había afirmado desde que era muy pequeño. Y
también otras personas, bastantes. El oía tales declaraciones y sonreía como
ensoñado, y continuaba en lo suyo, como si nada aconteciera.
No obstante, cuando su mujer corroboró
aquella antigua teoría, él sí se preocupó y fue a practicarse exámenes a una
clínica prestigiosa. El escáner de cerebro arrojó un resultado asombroso que
convocó a millares de galenos provenientes del mundo entero. En la cavidad
craneana, justo en el sitio que debiera ocupar el cerebro, había una jaula repleta de pájaros
de colores que revoloteaban y cantaban como si estuviesen en el paraíso.
El médico intentó calcular muy bien cómo
anunciar este resultado al paciente, pero la realidad era la realidad. No había
cómo adornarla. Al fin se lo dijo de un tirón. Él se quedó mirándolo, con una
extraña sonrisa. “Es lo que quería oír”, dijo. Y se fue silbando como un
pájaro, quizás adónde. Lo único claro es que parecía feliz.
12 enero, 2013
Nuevo año con avión
La niña fabricó un maravilloso avión
con papeles de todos los colores posibles, lo echó a volar como si fuera un
halcón. Libre devino en arcoíris. Pájaros de mil especies lo siguieron
en bandadas infinitas y la gente comenzó a sentir esperanzas de que algo
realmente nuevo y bueno aconteciera. El avión rompió la barrera del sonido y
produjo un estruendo que fue saludado con vítores. Con esa promesa se inició el
nuevo año. Después cada persona siguió el ejemplo y realizaron cosas extraordinarias
e imposibles. Así comenzó la tradición que cambió nuestro mundo para siempre. Haz
tu avión ahora mismo.
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